
El corredor riojano se consagró campeón del mundo en Dinamarca y se consolidó como una de las figuras más destacadas del BMX argentino.
En diálogo con la Agencia de Noticias, Montenegro repasó sus inicios, el rol de su familia y un mensaje para las nuevas generaciones.
Desde los seis años, cuando acompañó a su padre por primera vez a la pista de BMX de la provincia, Matías Montenegro entendió que la bicicleta no sería un juego pasajero. Con esfuerzo, constancia y el apoyo de su familia, transformó aquella pasión en una carrera deportiva que lo llevó a competir con la camiseta de la Selección Argentina en torneos internacionales.
“El contacto con la bici fue lo primero que me atrapó. Desde chico me gustaba andar y desde la primera vez que fui a la pista con mi papá nunca más dejé este deporte”, recuerda Montenegro.
A los 15 años cuando ingreso a la Selección Argentina fue el punto clave para meterse de lleno al profesionalismo. “Me di cuenta de que podía dedicarme al 100 %. Hubo mucho esfuerzo, muchas cosas que quedaron de lado para entrenar y competir. Lo tomé como un trabajo, pero con la pasión de siempre”, explica.
Un logro histórico en Copenhague
En julio de 2025, Montenegro escribió una nueva página dorada para el deporte riojano: se coronó campeón mundial en BMX Racing, categoría Men 30-34, en el Campeonato Mundial UCI disputado en Copenhague, Dinamarca.
Su desempeño fue impecable: ganó las tres mangas clasificatorias, lideró cuartos y semifinales, y en la final se impuso con un tiempo de 34,262 segundos
“Entregué mi máximo y mi familia se esforzó demasiado para que pueda estar acá. Coronarlo de esta forma es también un premio para ellos”, expresó emocionado tras la consagración.
El valor del apoyo
El ciclista riojano remarcó que su familia fue clave en el camino: “Sin mis papás no hubiese llegado hasta acá. Es un deporte costoso y ellos estuvieron desde lo económico y lo emocional. También mis amigos me acompañaron, entendiendo que a veces tenía que priorizar descansar o viajar en lugar de compartir con ellos. Saber que me bancaban fue clave”.
Orgullo y compromiso
Competir con la camiseta argentina es, para Montenegro, una mezcla de orgullo y responsabilidad: “Cuando viajas afuera sabes que llevas la remera de Argentina… eso implica compromiso y dar siempre el 100 ciento».