
El psicólogo Federico Whitaker advirtió en declaraciones a Agencia de Noticias La Rioja sobre el crecimiento de las apuestas online entre los jóvenes y analiza cómo esta problemática se potencia con la facilidad de acceso a plataformas digitales y videojuegos que incorporan dinámicas de casino.
En una camiseta de fútbol, en el prime time de la televisión o en las historias de Instagram de cantantes e influencers que llegan a multitudes, la publicidad de los casinos online contribuye a la normalización de las apuestas, que, cuando se vuelven compulsivas, afectan la vida cotidiana, los vínculos familiares y la salud mental de quienes participan.
El psicólogo Federico Whitaker (MP 289) dialogó con Agencia de Noticias La Rioja sobre la ludopatía juvenil, las señales que alertan cuando el juego se convierte en un consumo problemático y las formas de abordarlo. En un contexto donde lo digital ocupa un lugar central en la vida cotidiana, Whitaker subrayó la importancia de acompañar, entender e informarse sobre qué hacen los jóvenes con su celular.
Whitaker explicó que se debe diferenciar entre jugar y apostar, ya que los problemas de consumos de consumo con la ludopatía surgen cuando la conducta de la persona se orienta en «la funcionalidad de la vida de la persona gira alrededor del juego», explicó. El experto señala que llega un punto donde jugar y apostar tienen un control total sobre la vida cotidiana, los vínculos y las actividades diarias.
“El consumo ya sea por ejemplo de drogas licitas como el alcohol, cigarrillo o el apostar no es problemático en sí, lo que si se debe diferenciar son los niveles de consumo en donde se produce una disfuncionalidad en la vida de la persona por consumir”, afirmó.
En ese sentido, el psicólogo aclaró que no todo juego genera adicción, sino que el consumo problemático aparece cuando el juego interfiere en la vida cotidiana, afectando el trabajo, los vínculos o la salud emocional. Algunas de las señales más comunes son el aislamiento, ansiedad, irritabilidad, perdida de interés en otras actividades y la necesidad constante de jugar para sentirse bien.
Una adicción silenciosa que avanza
Los datos son contundentes, de acuerdo con un informe de UNICEF Argentina y Bienestar Digital titulado “Zoom a las apuestas”, las apuestas digitales son una problemática que avanza a pasos agigantados entre jóvenes desde los 13 años cuando el acceso a páginas de juegos de azar está prohibido para menores.
Asimismo, el informe señala que 80% de los adolescentes y jóvenes accedieron o conocen a alguien que usó páginas o apps de apuestas online en el último año. “Según datos de 2024, cuatro de cada diez jóvenes admiten haber jugado o apostado alguna vez en plataformas online, y de ese total, alrededor del 4% desarrolla un consumo problemático o patológico. La cifra evidencia un crecimiento alarmante si se compara con 2023, cuando apenas uno de cada diez jóvenes participaba de este tipo de juegos”, sostuvo el psicólogo.
“Los jóvenes, al ser nativos digitales, construyen parte de su identidad en la vida real y otra en las redes sociales”, explicó Whitaker, y remarcó que el espacio digital se ha convertido en una forma de “concebir el mundo” para las nuevas generaciones.
Dentro de esa concepción, el juego —que en un primer momento cumple un rol de aprendizaje y entretenimiento— puede borrar esa frontera y transformarse en una apuesta. “Es importante diferenciar que el juego es constitutivo del psiquismo y permite comprender el mundo interno y externo. Cuando se apuesta, ese intercambio se pierde y todo se reduce a ganar dinero”, señaló el psicólogo.
Cuando este comportamiento avanza sin supervisión, advirtió, “la persona termina entendiendo que el mundo se limita a ganar plata”. En el caso de niños y adolescentes, esto se traduce en mayores niveles de retraimiento, tristeza, aislamiento, angustia y un uso excesivo del celular.
Cuando apostar deja de ser un juego
Al ser consultado sobre la creciente publicidad de los casinos online en espacios públicos a los que acceden menores de edad —como camisetas de fútbol, nombres de torneos deportivos, transmisiones televisivas en horario central o publicaciones de influencers en redes sociales—, Whitaker reflexionó sobre el lugar que hoy ocupa la invitación a apostar en la sociedad.
El especialista señaló que no es casual que las casas de apuestas hayan invadido ámbitos fundamentales para los jóvenes. “Desde camisetas de equipos hasta nombres de torneos llevan la marca de una casa de apuestas. El fútbol es una actividad que uno asocia con otras cosas, pero ahora vemos cómo se va normalizando esa presencia”, explicó.
“Es algo que todavía se acepta socialmente, sin control ni límites. Se pierde la idea de que uno puede decidir cuándo detenerse”, advirtió Whitaker.
A esto se suma el rol de los videojuegos, que muchas veces funcionan como una puerta de entrada al hábito de apostar. Whitaker explicó que títulos populares como Roblox, FIFA o NBA incluyen modalidades de compras en dólares —como sobres, monedas o premios aleatorios— que reproducen la lógica del casino. “Son dinámicas que predispone al juego y al riesgo”, advirtió.
Acompañar no prohibir
Whitaker es enfático al señalar que la prohibición no es la solución «La historia nos mostró todo lo que genera, y sobre todo cuando entendemos que los niños, niñas y adolescentes son proclives a ser curiosos, eso los incentivará más».
El experto identificó tres etapas: primero se prueba el juego, luego puede haber una frecuencia más acotada, y se vuelve problemático cuando la persona pierde espacios de su vida cotidiana para jugar y cuando se pierde seguido de manera compulsiva.
«Debemos tener una responsabilidad de entender más el mundo digital, conocer las plataformas», aconseja. Para los padres, recomienda saber qué hacen los chicos en el celular sin prohibir. «A los chicos les genera bienestar enseñarles a los padres, ya que demuestra interés en lo que hacen».
El mensaje final del psicólogo es contundente: «El juego problemático es el problema de hoy, mañana puede ser otro, pero no porque lo digital sea un problema, sino que siempre en el factor humano hay error. Siempre es crucial el acompañar, no prohibir lo que no entendemos sino acompañar lo complejo».
Dónde pedir ayuda
Quienes necesiten acompañamiento o asesoramiento pueden acercarse a AJALaR, a los Centros de Salud Mental o al Círculos de Bienestar, donde se brinda orientación y contención para personas con consumos problemáticos o comportamientos de juego compulsivo.