
La Legislatura declaró el 25 de julio como jornada oficial para honrar a quienes dan segundas oportunidades. Detrás: cifras esperanzadoras y una historia que emociona.
Con 26 trasplantes logrados en 2025 y el recuerdo del primer donante multiorgánico de 1995, la provincia refuerza su compromiso con la cultura de la donación. La ley, impulsada por el diputado Machicote y asociaciones, subraya que el acceso a órganos es un derecho universal.
La Rioja acaba de ponerle fecha al agradecimiento eterno. Por iniciativa del diputado Carlos Machicote y tras una lucha incansable de la «Asociación Esperanza», la Cámara de Diputados declaró el 25 de julio como *»Día Provincial de la Persona Donante de Órganos y Tejidos»*. La elección de la fecha no es casual: ese mismo día, pero en 1995, la provincia registró su «primer donante multiorgánico», un hito que hoy cumple tres décadas y que transformó para siempre el panorama sanitario local.

Carlos Reynoso, titular del CUCAILAR (Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de La Rioja), no esconde la emoción: «Es un día para visibilizar lo invisible: ese gesto desinteresado que salva vidas en silencio». Pero junto al simbolismo, llegan datos concretos.
En lo que va de 2025, 26 riojanos recibieron un trasplante: 10 renales, 3 hepáticos y 13 de córnea. Cinco de estas intervenciones fueron recientes, incluyendo tres en clínicas privadas y dos en el Hospital Vera Barros, demostrando algo clave: «Acá no importa si tenés obra social o no. El sistema prioriza a los riojanos, pero si no hay compatibilidad, los órganos viajan a donde se necesiten, y viceversa»*, aclara Reynoso.
El mecanismo es un «ejemplo de solidaridad federal», cuando un órgano no encuentra receptor local, se integra al sistema nacional, y otras provincias hacen lo mismo. Así, La Rioja –aunque aún está por debajo de la media nacional de donantes por millón de habitantes– ha logrado sostener una red que da oportunidades donde antes solo había espera.
La ley también es un reconocimiento a las «familias donantes», esas que en medio del dolor dicen «sí». «Acompañarlas es parte de nuestra deuda cotidiana», insiste Reynoso. Para la Asociación Esperanza, impulsora de la iniciativa, esta fecha «cierra un círculo»: convierte en política pública una causa que nació de la sociedad civil.
El mensaje final es claro: «donar no solo es un acto de amor, sino un derecho garantizado». Como prueba, esos dos pacientes sin cobertura que hoy ven el mundo con nuevas córneas. «La ley no es solo un papel. Es memoria, agradecimiento y, sobre todo, futuro», concluye Reynoso.