
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente la hambruna en el territorio de Gaza y alrededores, una situación que afecta a más de medio millón de personas tras casi dos años de conflicto. Según el informe presentado este 15 de agosto, 500.000 habitantes del enclave palestino enfrentan condiciones “catastróficas” de hambre y miseria, mientras que otro millón se encuentra en estado de emergencia y casi 400.000 en crisis.
El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó la situación como “un desastre provocado por el hombre” y responsabilizó directamente a Israel, en su carácter de potencia ocupante, de garantizar alimentos y asistencia médica. “La gente se muere de hambre. Los niños mueren. Y quienes tienen el deber de actuar no lo hacen”, expresó en un comunicado, en el que volvió a reclamar un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y acceso humanitario sin restricciones.
El análisis, basado en el sistema de Clasificación Integrada por Fases (CIF), confirma que Gaza atraviesa la Fase 5 -la más grave- y advierte que en los próximos meses la crisis podría expandirse a otras gobernaciones como Deir al-Balah y Khan Younis, afectando a casi un tercio de la población. Además, proyecta que más de 132.000 niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda de aquí a 2026, con decenas de miles en riesgo de muerte.
La declaración generó una inmediata reacción de Israel, que rechazó la existencia de hambruna en Gaza y acusó al organismo internacional de “servir a la campaña de Hamás”. El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí aseguró que el informe del IPC -la unidad de la ONU que evalúa crisis alimentarias- “tergiversó sus propias normas e ignoró criterios objetivos” para construir “acusaciones falsas”.
“Más de 100.000 camiones con ayuda han ingresado a Gaza desde el inicio de la guerra, y en las últimas semanas hubo una afluencia masiva de alimentos que provocó una baja en los precios. No hay hambruna en Gaza. El IPC miente”, sostuvo la cancillería israelí en un comunicado.
Mientras la ONU advierte sobre el agravamiento de la crisis humanitaria y reclama acción inmediata, Israel insiste en que la evaluación responde a intereses políticos.