El precio internacional del petróleo superó los 80 dólares por barril y tocó su máximo en cinco meses debido a la escalada del conflicto bélico en Medio Oriente, tras un ataque conjunto de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes. Si bien los valores retrocedieron levemente durante la jornada, la volatilidad en el mercado energético generó incertidumbre sobre el abastecimiento global de crudo, especialmente por la posible afectación del estrecho de Ormuz, clave para las exportaciones petroleras.
En este contexto, la petrolera Puma fue la primera en trasladar el aumento al mercado interno: el pasado sábado incrementó un 5% los precios del litro de nafta y gasoil en sus estaciones de servicio. Se espera que Raizen (Shell) siga el mismo camino en los próximos días.
Por su parte, la estatal YPF -que concentra cerca del 60% del mercado de combustibles en el país- aún no definió si aplicará una suba, pero su decisión será determinante para la evolución de los precios en el corto plazo.
Los análisis que surgen del sector advierten que, incluso sin interrupciones concretas en el suministro, la sola amenaza de inestabilidad geopolítica podría empujar los valores internacionales al alza, generando presiones inflacionarias internas en un momento delicado para la economía argentina.