La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, señaló que intensificarán los controles en los ingresos al país ante los hechos que conmueven a Brasil, donde hay más de 132 muertos
Tras la escalada de violencia narco en Río de Janeiro, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que dispondrá una alerta máxima en las fronteras lindantes con el país vecino para evitar los cruces de los involucrados.
“Vamos a tener una reunión en el Ministerio de Seguridad Nacional y voy a disponer una alerta máxima en las fronteras para que no pueda haber ningún tipo de cruce o de pase de aquellos que se deben estar moviendo de lugar”, sostuvo la funcionaria en una rueda de prensa este mediodía por los pasillos de Casa Rosada.
El accionar del Poder Ejecutivo busca evitar el ingreso de los involucrados en las jornadas violentas en Río de Janeiro, producto de la ofensiva contra el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil.
Asimismo, la ministra explicó que intensificarán los controles en los accesos para los ciudadanos brasileros que intente ingresar al país por la triple frontera, y descartó la posibilidad de aumentar el número de efectivos en los pasos. “Significa mirar con cuatro ojos a los brasileros que vienen, si tienen antecedentes o no. Es un modelo de alerta”, sintetizó.

Aún sin mayores precisiones, la cartera que lidera Patricia Bullrich, hasta el 10 de diciembre, coordinará con la Dirección Nacional de Migraciones lo que definió como “un sistema de alertas”, con el objetivo de maximizar los requisitos de supervisión en los ingresos de los ciudadanos del país lindante. “Por supuesto, no confundiendo turistas. Es un público que no es mayoritario, pero en la Triple Frontera tenemos mucho movimiento”, aclaró la funcionaria.
Luego de la visita a Casa Rosada de Bullrich y de su potencial sucesora en el cargo, la actual Secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva, desde el ministerio precisaron que los primeros mecanismos fueron activados el pasado martes. Con los primeros focos de tensión abiertos, las Fuerzas Federales fortalecieron los controles y aumentaron el patrullaje en las fronteras.
Hasta el momento, el conflicto en una de las ciudades más populosas de Brasil tomó relevancia internacional, luego de que la Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmara al menos 132 muertes y decenas de desaparecidos, entre civiles, delincuentes y efectivos, a raíz de la operación policial desplegada en los barrios de Penha y Alemao, azotados por el Comando Vermelho.
La Policía del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) opera en las zonas selváticas, en la búsqueda de los cuerpos de los abatidos durante el mega operativo policial contra las bandas instaladas en las comunidades locales. Casi 2.500 agentes están comprometidos en el patrullaje que, por estas horas, suma la detención de poco más de 81 sospechosos.
El gobierno local notificó la requisa de 93 fusiles y media tonelada de drogas, lo que encendió las alarmas de las autoridades fluminenses que elevaron el reclamo a la Nación. Tras los pedidos, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva envío una comitiva en representación del Gobierno Federal integrada por los ministros de Justicia, Ricardo Lewandowski, y de la Casa Civil, Rui Costa, en compañía del director de la Policía Federal (PF), William Marcel Murad.
Además, puso a disposición las cárceles federales de máxima seguridad para alojar a los detenidos en respuesta la solicitud del gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, quien cuestionó la ausencia del Ejecutivo en el conflicto.
“El Presidente quedó horrorizado con el número de víctimas fatales”, sostuvo Lewandowski en una rueda de prensa tras la confirmación de más de un centenar de asesinados.
El mandatario del Partido de los Trabajadores (PT) se encontraba de gira por el sudeste asiático y debió limitar las fechas y regresar a Brasilia de urgencia. Este miércoles, mantuvo una reunión con sus colaboradores más estrechos en la que evaluará los resultados de la operación policial en Río de Janeiro.
