La reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier Milei sigue generando rechazos incluso entre dirigentes que fueron protagonistas de los procesos de flexibilización de los años noventa. Esta vez, quien salió a marcar fuertes diferencias fue José Armando Caro Figueroa, exministro de Trabajo durante la presidencia de Carlos Menem, quien advirtió que el proyecto oficial «no satisface todas las necesidades» del mundo del trabajo y carece de consensos básicos.
En declaraciones a Radio con Vos, Caro Figueroa sostuvo que la iniciativa del Ejecutivo libertario está diseñada para atender problemas puntuales de sectores concentrados de la economía y no para dar respuestas integrales. «Está pensada para resolver algunos problemas que tienen las industrias y el sector de servicios de la zona núcleo del país», señaló, dejando al margen a las economías regionales y a los trabajadores más precarizados.
El exfuncionario fue especialmente crítico con el enfoque ideológico del proyecto y alertó sobre un intento de desmantelar la organización sindical. «Me parece que en el fondo, la gente que diseña la reforma sueña con un mundo sin sindicatos, y eso es un error», afirmó. En ese sentido, recordó que la existencia de los gremios no es una concesión política sino un mandato constitucional. «Los sindicatos deben ser más democráticos, más libres y transparentes, no castigados ni asfixiados», subrayó.
Caro Figueroa también cuestionó las medidas que buscan limitar el derecho de huelga y debilitar el financiamiento sindical. «Esa asfixia empieza tratando de paralizar todo tipo de huelgas y de ahogar la caja sindical. Los sindicatos no son un obstáculo para la productividad; por el contrario, en momentos de conflictividad son un factor de paz social que cualquier país debe cuidar», remarcó.
Al comparar el proyecto actual con las reformas laborales impulsadas durante el menemismo, el exministro marcó una diferencia clave: la ausencia total de diálogo. «Las reformas que se hicieron entre 1993 y 1997 se construyeron con acuerdos tripartitos», recordó, en referencia al consenso entre trabajadores, empleadores y el Estado.
Finalmente, advirtió que avanzar sin ese esquema de negociación solo profundizará el conflicto social. Para Caro Figueroa, cualquier modificación del régimen laboral debería surgir de conversaciones amplias y acuerdos básicos, algo que según remarcó está completamente ausente en la estrategia del Gobierno nacional.
