En dialogo con Mañanas que Laten en FM La Torre, el escritor y referente del Museo Castro Barros Alilo Ortiz, anunció para esta noche una nueva edición de la tradicional fogata de San Juan que organiza junto a la comunidad Chuqueña. Por FM RUTA 99.7
En una primera reflexión en torno al fogata, Don Alilo aprovechó para comentar de que que esta tradición que él viene reeditando, se dejó de practicar durante muchos años porque la mayoría de las personas se fue a vivir a la ciudad, pero también porque se dejó de transmitir aquello que la motivaba, que le dio origen a la tradición, perdiendo así su sentido con el tiempo
También explicó que Se trata de algo que viene desde la antigüedad cuando los pueblos originarios rendían culto a los dioses, en particular al dios Sol, dado que para nuestro hemisferio por estos días, mas precisamente el 21 de junio marca el inicio del invierno con noches más largas y más frías. Luego la iglesia católica lo trasladó unos días más adelante para hacerlo coincidir con la fecha de nacimiento de San Juan Bautista y ahí cada pueblo le fue poniendo su marca o características y motivos propios.
Continuando con su relato el célebre vecino chuqueño profundizó explicando que la fogata se alimenta con los restos de las podas que quedan en las fincas y esto no está muy distante del sentido personal de quienes participan de la fogata.
En el caso de la que organizan los chuqueños, Alilo comentó que la propuesta que viene sosteniéndose, es que cada uno lleve anotado en un papelito lo que quiere quemar, como dolores, enfermedades, o vicios; o por qué no, quemar la tristeza de un amor que ya no está. De esta manera la tradición deja de ser algo distante y pasa a ser un espacio colectivo en donde juega lo personal o algo mas intimo.
A esto se suma el hecho de que son los más chicos los que las prenden a la fogata, dejando de ser espectadores para convertirse protagonista de la celebración. Otro aspecto para rescatar es que la tradición abre espacio a la reunión de las personas. En este caso los concurrentes llevan comida y bebidas para compartir un momento, algo reconfortante sobre todo en el contexto de estrés y aislamiento que se impone muchas veces en el presente.