
El Gobierno nacional oficializó este jueves la creación del “Programa para la Difusión de Películas Nacionales Terminadas a Nivel Internacional”, una iniciativa que busca “facilitar la presencia del cine argentino en festivales del mundo a través de la cobertura de pasajes aéreos”. La medida fue súper cuestionada tras la gestión del INCAA y el proceso de reducción de su estructura interna en lo que va del mandato.
De acuerdo con la Resolución 539/2025, los productores de las películas seleccionadas podrán recibir hasta dos ayudas económicas con carácter de reintegro para asistir a certámenes internacionales que se encuentren en el listado oficial del INCAA. El cálculo del apoyo financiero se realizará en base al valor de la entrada promedio (VEP), actualmente fijado en $7.084,93. Para cada festival se asignará una cantidad determinada de VEP, con un máximo de 350 para largometrajes y 250 para cortometrajes. En valores actuales, el reintegro podría alcanzar cerca de $2,5 millones.
La asistencia estará destinada a cubrir exclusivamente pasajes aéreos en clase económica de productores, directores, actores principales o secundarios y jefes de equipo. Podrán acceder tanto las coproducciones internacionales mayoritarias argentinas como aquellas con participación minoritaria del país.
Pero… ¿cuál es el trasfondo de la medida?
El programa se inscribe en las disposiciones de la Ley de Cine, que establece que el Fondo de Fomento Cinematográfico debe destinar recursos a la promoción nacional e internacional de películas argentinas. Sin embargo, el anuncio ocurre tras un año de recortes en el INCAA. El 20 de marzo de 2024 fueron disueltas 15 unidades operativas del organismo, mientras que en abril se suspendió la ventanilla continua para la presentación de proyectos, limitando el acceso a concursos específicos. Además, se eliminaron cuatro gerencias, seis subgerencias, 11 coordinaciones y nueve departamentos.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) INCAA advirtió entonces que la gestión de Carlos Pirovano avanzaba hacia “la consolidación de un modelo que pretende destruir los cimientos del cine argentino”.
El anuncio no disipó las críticas del sector audiovisual. El delegado general adjunto de ATE INCAA, Nicolás Vetromile, señaló que “el instituto tiene un superávit de 10 mil millones y es un organismo pensado para gastar todo lo que recibe en cine. Hoy no subsidia películas, sólo hace concursos. Se eliminaron las ayudas, aumentaron las entradas de los espacios del instituto, se estiró la brecha de acceso y se quitó el apoyo a los festivales nacionales. Ni siquiera hay una política clara para fomentar la participación internacional”.
La discusión también escaló a figuras reconocidas del cine argentino. El director y guionista Mariano Llinás cuestionó al actor Marcelo Mazzarello en torno al financiamiento del sector: “¿Vos creés que las películas se financian con dinero de la polenta de los chaqueños o el IVA? Vos sabés lo que son las asignaciones específicas para el cine”.
Por su parte, la actriz Rita Cortese, en el estreno de la serie El Barro, denunció que “la desfinanciación del INCAA es una herida fundamental. El Gobierno lleva adelante una política con mucha crueldad. La cultura es todo: cómo vivimos, qué salud queremos. Esa es la cultura”.
En la misma línea, el actor Juan Gil Navarro expresó su preocupación en el programa La Noche de Mirtha: “El INCAA necesita funcionar bien. Hace falta gente idónea que maneje los fondos de esa institución como merecen ser manejados, pero no tiene que cerrarse”.