Tras la reciente represión sufrida durante la manifestación del miércoles pasado, diversas centrales sindicales y movimientos sociales han decidido acompañar a los jubilados que vienen marchando cada miércoles en el Congreso Nacional.
Las dos CTA, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), partidos políticos y movimientos piqueteros de izquierda han confirmado su participación en la movilización de este miércoles 19 de marzo. Además, gremios de la CGT, como La Bancaria y la Federación Gráfica Bonaerense, junto con la Juventud Sindical de la central obrera, también se sumarán a la protesta. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ha anunciado un cese de tareas a partir del mediodía para facilitar la asistencia de sus afiliados a la marcha.
La decisión de manifestar en las calles se tomó en respuesta a la violenta represión ocurrida durante la última marcha, donde las fuerzas de seguridad utilizaron balas de goma y gases lacrimógenos contra los manifestantes. Hugo Yasky y Hugo Godoy, líderes de las CTA, responsabilizaron a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por los hechos y exigieron su renuncia.
La Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino, que agrupa a hinchas de diversos clubes, también ha expresado su apoyo y participará en la movilización. Recientemente, realizaron una «Caravana por la Memoria» en solidaridad con el fotógrafo Pablo Grillo, quien resultó gravemente herido durante la represión y continúa internado en estado crítico.
Esta nueva convocatoria se produce en un contexto de creciente tensión social y cuestionamientos al gobierno de Javier Milei. Además de la marcha del miércoles, se espera una masiva movilización el 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que este año sumará el repudio a las políticas del actual gobierno en materia de derechos humanos.
La CGT también evalúa la posibilidad de convocar a un paro nacional antes del 10 de abril, según declaraciones de uno de sus líderes, Héctor Daer, en respuesta a las medidas adoptadas por el Ejecutivo y la situación económica que atraviesa el país.
La movilización del miércoles será una prueba para el gobierno, que deberá decidir cómo manejar la protesta social en un clima de creciente descontento y demandas de cambios en las políticas públicas.