
En comunicación con Agencia de Noticias La Rioja, Pablo Mainer, referente de la ONG Hablemos de Bullying, alertó sobre un informe del Observatorio Argentinos por la Educación revela que el 63% de los alumnos de sexto grado en Argentina enfrenta agresiones en la escuela.
Pablo Mainer, integrante de la ONG Hablemos de Bullying y de la Alianza AntiBullying Argentina, analizó en declaraciones a Agencia de Noticias La Rioja los datos de un reciente informe del Observatorio Argentinos por la Educación, que puso en agenda una problemática urgente: el 63% de los alumnos de sexto grado en Argentina afirma haber sufrido algún tipo de agresión o discriminación en la escuela. La cifra encendió las alarmas entre especialistas, docentes y familias, al revelar que 6 de cada 10 niños enfrentan situaciones que afectan directamente su bienestar emocional, social y su experiencia escolar.
“El 63% de alumnos del nivel primario en todo el país manifestaron ser víctimas de agresiones, no necesariamente es de bullying, con lo cual es importante aclararlo, las agresiones pueden ser físicas, verbales en redes sociales o en la escuela y se manifiesta de diversas formas mientras que el bullying es un fenómeno más complejo donde hay una asimetría de poder y que se mantiene en el tiempo”, aclaró Mainer.
El informe de Argentinos por la Educación, basado en las respuestas de estudiantes de sexto grado de primaria de todo el país en las encuestas complementarias de las pruebas APRENDER 2023, refleja un panorama preocupante sobre la convivencia escolar en Argentina.
Si bien 6 de cada 10 alumnos respondieron haber sufrido algún tipo de agresión también un 64% reconoció haber sido agresor mientras que el 56% dijo haber presenciado o ser testigo de un momento de agresión entre compañeros.
“Lo que dan cuenta los números es que hay una naturalización porque por un lado los chicos dicen vivir estas situaciones de agresión, pero al mismo tiempo contestan que se sienten parte de la escuela y que son contenidos por los docentes y sus amigos”, señaló Mainer con lo cual aclaró que “Hay una naturalización de que la vida escolar tiene que ver con la agresión y discriminación que es algo que debemos trabajar”.
La respuesta ante la problemática
Al ser consultados sobre la respuesta ante una agresión, el 87% de los alumnos decide acudir a un profesor, docente o directivo para interceder en el conflicto y el 52% dice que la escuela incorpora a padres mediante una notificación por nota o reunión para abordar el tema, para Mainer ambas respuestas son positivas “Es importante que los chicos cuenten esta situaciones que la escuela es un lugar abierto para hablar de estas problemáticas y eso se celebra y se debe fomentar, pero también debemos trabajar más en la prevención y en el clima en la escuela a partir de estas situaciones”, explicó.
Un informe reciente de la organización Argentinos por la Educación, que analizó 42 estudios y programas exitosos a nivel internacional, identificó dos ejes clave para combatir eficazmente la violencia escolar: la prevención y el enfoque sistémico. Esto implica involucrar a todos los actores escolares, incluyendo a las familias, de forma permanente.
“No alcanza con hacer ruedas de convivencia si luego no se da seguimiento a los conflictos que surgen. La convivencia debe estar presente en toda la jornada escolar, no solo en espacios aislados”, remarcó Mainer.
También advirtió que muchas escuelas carecen de herramientas concretas, y que los criterios de intervención varían mucho incluso dentro de una misma institución. Por eso, reclamó que el Estado, a través del Consejo Federal de Educación, impulse lineamientos mínimos para garantizar una política integral de convivencia escolar.
Mainer recordó que el clima escolar es el segundo factor más influyente en el rendimiento académico, después de la situación socioeconómica. “Un chico que la pasa mal no aprende, por más estrategias pedagógicas modernas que se apliquen”, afirmó.
La Rioja, entre las provincias con mayor porcentaje de estudiantes que sufrieron agresiones
Por último, se refirió a las disparidades provinciales en los datos. Provincias como La Rioja (45%), Santiago del Estero (46%) y Chaco (49%) muestran índices más altos de percepción de agresiones.
En palabras de Mainer, esta disparidad se debe, en gran medida, a factores culturales y sociales propios de estas regiones. Además, señaló que estas provincias llevan un retraso en la implementación de políticas educativas clave, como la Educación Sexual Integral (ESI), que busca fomentar el respeto a la diversidad y promover valores de inclusión en el ámbito escolar.
“Estas provincias quizás están más atrasadas en la aplicación de programas que trabajan el respeto y la valoración de la diversidad dentro de las aulas. Esto se refleja en los números, pero también está relacionado con aspectos sociales donde aún persisten ciertas resistencias y desigualdades, que se manifiestan en la escuela a través de situaciones de discriminación y rechazo a lo diferente”, explicó Mainer.
Este diagnóstico pone en evidencia la necesidad de fortalecer las políticas educativas y los programas preventivos en estas regiones para mejorar la convivencia escolar y reducir las agresiones.