
El juez Jorge Jalil ordenó revisar la causa por la muerte de Exequiel González, un joven de 20 años hallado sin vida en 2013, tras descubrir que el expediente había sido cerrado en 2020 sin aviso a las partes. La familia del muchacho recién se enteró de la situación luego de un pedido presentado por la organización Madres del Dolor.
El caso, inicialmente caratulado como suicidio, luego fue investigado como homicidio, con la imputación de Pablo Nicolás Lazo como principal sospechoso. Según consta en los registros judiciales, la causa llegó a la instancia de elevación a juicio, pero el proceso se detuvo al vencer el plazo de prórroga otorgado por la Cámara. En 2020, la jueza anterior firmó el sobreseimiento por prescripción, aunque las partes nunca fueron notificadas y el fallo permaneció archivado en el despacho hasta ahora.
“Esto fue detectado a partir de un pedido de Madres del Dolor. Cuando el nuevo juez asumió, el sobreseimiento ya estaba dictado, pero sin comunicación a los familiares ni al fiscal”, reveló una fuente judicial.
El hallazgo encendió alarmas dentro del fuero penal riojano: según trascendió, las irregularidades podrían repetirse en decenas de causas archivadas en condiciones similares durante los últimos siete años. Estos antecedentes serán elevados al Tribunal Superior de Justicia para su revisión.
Para la familia de Exequiel, la noticia fue devastadora. “Perdimos a nuestro hijo y ahora nos enteramos, cinco años después, que la Justicia había cerrado todo sin avisarnos”, expresó uno de los allegados. En los próximos días, los padres y la hermana del joven serán convocados para recibir la notificación formal.
Exequiel González fue hallado muerto una madrugada de marzo de 2013, colgando de una viga. Aunque en un principio se habló de suicidio, su familia detectó marcas de golpes en el cuerpo y comenzó por su cuenta una investigación que derivó en la confesión de un amigo del joven. A partir de esas pruebas y testimonios, la Justicia cambió la carátula a homicidio.
“¿Exequiel, cuándo volvés?” fue la última pregunta que le hizo su madre antes de verlo por última vez. “Mañana, má… a la nochecita, vamos a venir a comer”, respondió él.