
El titular de la Cámara de Industriales Panaderos y Afines, Oscar Carrizo, en contacto con la Agencia de Noticias La Rioja, alertó por la caída del consumo de pan en un 18% interanual y anticipó que la retracción podría llegar al 40% durante la temporada de verano.
El aumento de costos, la inestabilidad económica y el encarecimiento de los servicios ponen en jaque a las panaderías riojanas.
El sector panadero atraviesa una de las crisis más complejas de los últimos años. Así lo expresó Oscar Carrizo, presidente de la Cámara de Industriales Panaderos y Afines, quien remarcó que el consumo de pan registró una baja interanual del 18% y que, con la llegada de las altas temperaturas, esa caída podría profundizarse hasta un 40 o 45%.
“Estamos complicados. No solamente sigue subiendo el combustible, sino también los servicios. Antes una panadería pagaba 30 mil pesos de gas, hoy paga 900 mil. A eso se suman las escalas salariales y la inestabilidad del dólar que impacta directamente en la harina, nuestro principal insumo. Los precios cambian todos los días”, explicó Carrizo.
El dirigente aclaró que las panaderías no son formadoras de precios, aunque reconoció que el kilo de pan en sus tres variedades se encuentra actualmente con valores de referencia en torno a los $2.400. Sin embargo, en distintos puntos de la provincia se pueden encontrar precios más bajos, en el orden de $1.500 a $1.600. “Cada industrial pone el precio que considera justo y en el momento oportuno”, sostuvo.
Pese a la incertidumbre, Carrizo señaló que en La Rioja no se registraron cierres de panaderías, aunque reconoció que el panorama es “sombrío y poco claro”. “El panadero pelea y lucha, tiene que pasar algo muy grave para que cierre un establecimiento. Por lo pronto no tenemos novedades de que eso haya sucedido en nuestra provincia”, afirmó.
Finalmente, adelantó que esta semana la Cámara de Industriales Panaderos y Afines mantendrá reuniones para evaluar la situación y analizar posibles ajustes de precios en función del impacto que tienen las tarifas y la suba de insumos sobre la rentabilidad del sector.