El presidente Javier Milei culpó a “dos bancos” no identificados por la reciente corrida cambiaria y monetaria, aunque reconoció que la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez, detonante de la crisis, fue una decisión suya. En declaraciones radiales, lanzó duras críticas contra el sector bancario, acusándolo de “hacer volar la economía por los aires” con fines políticos.
La tensión entre el Gobierno y los bancos tradicionales se profundiza justo cuando las fintech, como Mercado Pago, avanzan sobre uno de los negocios más rentables del sistema financiero: la dolarización de ahorros. La billetera digital ahora permite comprar dólares oficiales desde la aplicación, acreditarlos mediante transferencias y generar rendimientos a través de un fondo común de inversión, aunque no permite retiros en efectivo, lo que obliga a operar también con cuentas bancarias tradicionales.
El negocio de la venta de dólares, que puede mover hasta 600 millones por día en momentos de tensión cambiaria, dejó en julio ganancias millonarias para quienes intermedian en la compra-venta, con comisiones promedio del 1,5%. En ese contexto, el Gobierno intentó canalizar liquidez bancaria hacia el Tesoro para comprar reservas sin involucrar al Banco Central, lo que terminó agravando la situación monetaria y financiera.
Milei insistió en que los bancos “no obedecieron” al pedido oficial de desarmar las LeFi y los acusó de haber financiado la corrida con maniobras especulativas. A pesar de responsabilizar a terceros -incluida la vicepresidenta Villarruel, senadores y gobernadores-, los analistas coinciden en que el verdadero origen de la crisis fue una estrategia fallida del equipo económico para cumplir con el FMI sin recurrir al Banco Central.