El índice de salarios subió 2,9% en enero de 2025, según informó el INDEC, pero quedó por debajo del 2,2% de inflación. Aunque el promedio general refleja una leve mejora, el incremento real solo se dio en el sector informal, mientras que los trabajadores formales, tanto del ámbito público como privado, volvieron a perder poder adquisitivo.
El informe oficial revela que los salarios del sector privado registrado aumentaron apenas 2,3% en el mes, mientras que en el sector público el alza fue de solo 0,9%, lo que implica una caída real en ambos casos. En contraste, el sector informal registró un incremento del 8,6%, superando la inflación y generando dudas sobre la metodología utilizada para medir estos ingresos.
En términos interanuales, el deterioro del poder adquisitivo es aún más notorio. Entre enero de 2024 y enero de 2025, el índice salarial aumentó un 117%, mientras que la inflación acumulada en el mismo período superó el 250%. Esto significa que ningún sector logró recuperar lo perdido, aunque la situación más crítica se da en el sector público, donde los sueldos crecieron solo un 97,5%.
El ajuste fiscal aplicado por el gobierno de Javier Milei ha sido un factor clave en esta dinámica. La congelación de los salarios estatales, el recorte de transferencias y la eliminación de programas sociales han dejado al sector público en una posición especialmente vulnerable. En el ámbito privado, las paritarias tardías y sin cláusulas de actualización automática han impedido que los trabajadores compensen la pérdida de poder adquisitivo.
Paradójicamente, el sector informal, que suele ser el más rezagado, mostró en enero una recuperación superior a la de los trabajadores formales. Sin embargo, este fenómeno no implica estabilidad, ya que estos ingresos no cuentan con protección laboral ni previsional y dependen de ajustes coyunturales.
El deterioro del salario real se mantiene como una de las principales preocupaciones económicas. Mientras el Gobierno celebra la desaceleración de la inflación y el superávit fiscal, los datos oficiales muestran que la estabilidad económica se está logrando a costa de la pérdida de ingresos de la mayoría de los trabajadores. Si la tendencia no se revierte, la recuperación económica quedará lejos de los sectores que más dependen de ella.