
Argentina registró en julio pasado la tasa de despidos más elevada para un séptimo mes desde 2016, según los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Capital Humano. El indicador se ubicó en 0,6%, superando el 0,4% de julio de 2024 y marcando el nivel más alto del año. Solo el séptimo mes de 2016 había registrado una cifra superior, cuando alcanzó más del 0,7%.
La medición incluye despidos sin causa, finalizaciones del período de prueba y culminación de obras en el sector construcción. Este incremento se produce en un contexto donde tanto los despidos como las suspensiones experimentaron aumentos respecto al mes anterior, evidenciando las dificultades que atraviesa el mercado laboral argentino en el actual escenario económico.
Las suspensiones también mostraron señales preocupantes, aunque con un impacto menor. En julio, 0,4 de cada 100 trabajadores sufrieron suspensiones, un incremento desde las 0,3 suspensiones por cada 100 trabajadores de junio. Si bien esta cifra representa una mejora frente al 0,8% registrado en julio de 2024, el porcentaje de empresas que aplicaron suspensiones creció al 6%, superando los niveles de los últimos tres años para el mismo mes.
El panorama se completa con una caída del empleo privado registrado del 0,2% tanto mensual como interanual en empresas de más de 10 trabajadores, y una baja del 2,4% comparado con julio de 2023. Estos indicadores confirman que el mercado laboral argentino atraviesa uno de sus momentos más complejos desde la crisis de 2016, con niveles de despidos que no se veían desde hace casi una década.