
Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), el empleo formal en la construcción de La Rioja sufrió en junio una caída interanual del 24,2% y se encuentra entre las cinco provincias más afectadas. En 2024 había 1.102 trabajadores registrados; en 2025 la cifra se desplomó a 836 empleos.
El dato confirma una tendencia devastadora que ya acumula 22 meses consecutivos de retroceso en la provincia, iniciada en septiembre de 2023 y extendida hasta junio de 2025. La Rioja se ubicó en el quinto lugar entre las jurisdicciones con mayor descenso del empleo formal en el sector.
El ranking nacional de la debacle lo encabeza Formosa (-53,3%), seguida por San Luis (-44,8%), Corrientes (-40,2%), Santa Cruz (-27,6%) y La Rioja (-24,2%). Cinco provincias que perdieron entre un cuarto y más de la mitad de sus empleos en construcción.
En La Rioja durante 2024 había 1.102 trabajadores registrados; en 2025 la cifra se desplomó a 836 empleos.
El golpe a la obra pública riojana
La particularidad del caso riojano está directamente vinculada al ajuste y freno abrupto de la obra pública, ya que históricamente absorbía un gran porcentaje de la actividad del sector. Con la paralización de los proyectos nacionales bajo el gobierno de Javier Milei, la caída del empleo impacta con mayor dureza en la provincia.
Cabe señalar que el desarrollo de la obra pública no tan solo permitía el desarrollo de la economía local, sino que generaba un efecto multiplicador a través de empleos indirectos que se benefician con la actividad. Su desaparición dejó a cientos de familias riojanas sin trabajo y a la provincia sin uno de sus principales motores económicos.