En un contexto de inflación creciente y salarios que apenas logran mantenerse, los jubilados de La Rioja experimentan un beneficio diferencial respecto al resto del país. A partir de abril de 2025, la jubilación mínima en la provincia alcanzará los $480.820, lo que representa un 35,1% más que el monto nacional que se ubica en $355.820, incluida la ayuda extraordinaria de $70.000.
Este aumento se debe al complemento local denominado “quincenita”, una ayuda adicional de $125.000 que perciben los jubilados riojanos. Este plus se paga mensualmente junto a la jubilación y se financia con fondos provinciales. Los jubilados de algunos sectores, como Seguridad y Salud, reciben quincenitas más altas debido a las condiciones particulares de sus remuneraciones previas. Actualmente, 9.000 jubilados se benefician de esta medida, lo que representa un alivio para un segmento de la población vulnerable.
Sin embargo, si bien este beneficio coloca a La Rioja como una provincia con una jubilación mínima por encima de la media nacional, el monto sigue siendo insuficiente cuando se analiza en relación con el costo de vida. En particular, el valor de la Canasta Básica Total, que establece la línea de pobreza, superó el millón de pesos en marzo, dejando a los jubilados riojanos apenas por encima de la línea de indigencia.
Este panorama subraya una contradicción importante: aunque los jubilados riojanos gozan de un complemento superior al promedio, el poder adquisitivo real frente a la inflación y los altos costos de los productos básicos sigue siendo limitado. La medida, si bien es un paso hacia la mejora de la calidad de vida, no resuelve por completo las dificultades económicas que enfrentan los jubilados en la provincia.
De cara al futuro, se hace urgente una revisión de estas ayudas, así como un ajuste continuo que garantice que los jubilados puedan afrontar no solo lo básico, sino una vida digna, frente a una economía que sigue golpeando a los sectores más vulnerables.