
Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA reveló que el 43,2% de los trabajadores ocupados no tienen cobertura de la Seguridad Social ni están registrados ante el sistema laboral o impositivo. La cifra marca un récord desde 2008 y representa un aumento de 1,6 puntos porcentuales respecto al año anterior. 4 de cada 10 trabajadores argentinos están bajo la informalidad laboral.
El estudio coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC), expone una realidad preocupante: casi 4 de cada 10 trabajadores activos se desempeñan en condiciones de plena informalidad. Este fenómeno golpea con mayor intensidad a sectores específicos de la población económicamente activa, evidenciando profundas desigualdades en el mercado laboral argentino.
Los jóvenes son el grupo más afectado: 6 de cada 10 trabajadores de entre 16 y 24 años operan sin registro, con una tasa de informalidad del 63%. Los trabajadores por cuenta propia también enfrentan una situación crítica, con un 62,5% de informalidad, mientras que los asalariados —que representan el 72% del empleo total— tienen una tasa del 37,7%. Los patrones o pequeños empleadores registran el índice más bajo entre estos grupos, con un 22,2%.
El análisis también revela un patrón etario marcado: los extremos de la vida laboral son los más vulnerables. Los adultos mayores de 65 años registran una informalidad del 51%, mientras que los trabajadores entre 45 y 64 años (o hasta 60 en el caso de las mujeres) presentan el índice más bajo, con un 34,5%. Además, el informe advierte que los trabajadores informales sufren una «penalidad salarial» significativa: ganan en promedio un 44% menos que un trabajador formal con las mismas características. Si un empleado registrado percibe $100.000, uno informal en igual puesto cobra alrededor de $56.000.