
Escrita por Lic. Miguel Fleytas
El nuevo endeudamiento: ¿alivio o trampa?
En 2025, el gobierno de Javier Milei alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un préstamo de 20.000 millones de dólares, del cual se desembolsaron 12.000 millones de inmediato, más un segundo giro parcial en junio, y un tercer desembolso de 2.000 millones al superar la primera revisión del programa de 48 meses .
Las condiciones exigen ajustes profundos: disciplina fiscal, reformas estructurales, régimen cambiario creíble y acumulación de reservas, mientras el organismo advierte sobre la necesidad de respaldo legislativo y estabilidad política .
Contradicciones y cuestionamientos desde adentro
Desde su campaña, Milei criticó tanto al FMI como al endeudamiento estatal, calificando al organismo de “institución perversa” y al crédito como “inmoral”. No obstante, cambió de postura al buscar apoyo financiero ante el colapso de reservas .
Sectores críticos, como el sindicato bancario La Bancaria, denunciaron el acuerdo como “ilegal e impagable”, señalando que se habría evadido el proceso legislativo obligatorio, lo que lo convierte, según ellos, en un “gigantesco fraude” .
Asimismo, economistas independientes y el Foro Economía y Trabajo puntualizaron que el gobierno usa un DNU para evitar la aprobación por ley del convenio, algo requerido por la Constitución, argumentando que esto profundiza el ajuste y pone en riesgo activos nacionales .
¿La deuda se reduce o se multiplica bajo el discurso del superávit?
El gobierno sostiene que la deuda nueva no es para gasto corriente, sino para refinanciar vencimientos onerosos y fortalecer al Banco Central, promoviendo la sostenibilidad financiera . Sin embargo, hay voces críticas que lo consideran una ilusión: se afirma que no hay auténtico superávit fiscal, sino crecimiento de nuevas deudas, mientras servicios esenciales como salud, educación y subsidios son recortados .
¿Qué pasa si Argentina no paga a tiempo?
Según datos de Bloomberg Línea, Argentina enfrenta compromisos con el FMI por más de 3.300 millones de dólares entre noviembre y diciembre de 2025, y obligaciones que superarán los 5.000 millones anuales entre 2028 y 2032, con un calendario comprometido hasta 2034 .
Pero la situación es precaria: las reservas netas del Banco Central rondan los 4.000 millones de dólares, una mejora respecto a los 11.000 millones dejados por la administración anterior, aunque sigue expresando fragilidad .
Si Argentina incumpliera pagos:
- Nueva presión cambiaria e impacto en reservas, lo que podría generar devaluación abrupta.
- Pérdida de confianza internacional, dificultando el acceso a nuevos financiamientos.
- Mayor vulnerabilidad económica, con posibles ajustes sociales aún más profundos.
- Intervenciones o sanciones financieras, y mayor pérdida de soberanía sobre políticas económicas.
Conclusión: ¿Una mentira económica?
El mapa económico trazado por el gobierno de Milei expone una paradoja: mientras proclama austeridad, superávit y fin de emisión monetaria, refuerza las reservas con deuda externa, en un giro frente a su retórica inicial anti-FMI. La palabra “mentira” se instala en algunos discursos críticos, señalando que lo que parece estabilidad es, en realidad, un endeudamiento creciente con condiciones restrictivas.
Si no se cumplen los pagos y los objetivos trazados en especial en reservas y reformas estructurales, las consecuencias podrían ser más que temporales: podrían profundizar una crisis económica y social durante años.