La industria de la construcción atraviesa su peor momento en los últimos años. Según el último informe del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), el empleo formal en el sector ha registrado una caída alarmante durante 16 meses consecutivos. En diciembre de 2024, la reducción del empleo fue del 50,3% en comparación con el mismo mes de 2023. Este descenso refleja la crisis prolongada que afecta a la economía del sector, especialmente en provincias como La Rioja, donde la obra pública es vital.
Durante todo 2024, el empleo en la construcción disminuyó un 58,9% respecto al año anterior. En la región de La Rioja, la situación es aún más crítica, con la paralización de la obra pública, lo que ha provocado que la caída en el empleo sea más pronunciada que en otras provincias. Este fenómeno se ha convertido en un reflejo de las decisiones del gobierno nacional, particularmente bajo la administración de Javier Milei, que ha priorizado otras áreas de la economía.
El desempleo en la construcción no solo refleja la desaceleración de la obra pública, sino también la fragilidad del sector ante cambios políticos y económicos. Con 31.772 trabajadores registrados en 2023 y solo 13.097 en 2024, el sector enfrenta uno de los retrocesos más graves en su historia reciente. Además, el informe señala que La Rioja se encuentra un 38,6% por debajo de la media nacional en términos de empleo registrado en la construcción.
Este escenario no solo es un golpe a los trabajadores del sector, sino también a la economía regional, que depende en gran medida de la construcción para generar empleo e inversión. Sin una recuperación en la obra pública y con un panorama incierto, el futuro inmediato de la construcción en la región y en el país se ve sombrío.