En un clima de creciente tensión entre el movimiento obrero y el gobierno de Javier Milei, la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunirá esta semana para definir la fecha de un nuevo Paro Nacional, que, según diversas fuentes, se establece tentativamente para el próximo 8 de abril. Esta medida de fuerza llega en un contexto de descontento generalizado por la crisis económica y el deterioro del poder adquisitivo, temas que han desatado críticas agudas hacia la gestión del actual gobierno.
La reunión del Consejo Directivo de la CGT, programada para el jueves 20 de marzo, será un momento clave para formalizar esta iniciativa. En las horas previas a la convención, se respira un aire de determinación entre las filas más combativas del sindicato, que se han pronunciado a favor de llevar adelante una nueva huelga nacional en respuesta a las políticas implementadas por Milei.
Héctor Daer, uno de los cosecretarios generales de la CGT y líder del gremio de Sanidad, fue el primero en adelantarse a los acontecimientos al señalar que la intención es anunciar un paro antes del 10 de abril. Durante un evento que reunió a importantes referentes del movimiento obrero, como Hugo Moyano de Camioneros, Andrés Rodríguez de UPCN, y José Luis Lingeri de Obras Sanitarias, Daer subrayó la necesidad urgente de atender las demandas de los trabajadores.
Las encuestas de opinión interna entre los miembros de la CGT sugieren que existe un consenso para concretar el paro el martes 8 de abril. Según un dirigente cercano a los círculos influyentes de la organización, “es casi seguro que se ratifique esa fecha”, reafirmando las palabras de Daer y la determinación de los sectores más críticos del sindicato.
Si el paro se lleva a cabo, será el tercero desde que Javier Milei asumió la presidencia, un hecho que habla de un clima de inestabilidad social creciente. La primera huelga general se realizó el 24 de enero, poco más de un mes después de su asunción, seguida de otra el 9 de mayo, que contó con una masiva participación, sobre todo del sector del transporte público.
Los dirigentes de peso en la central, que han defendido la unidad sindical, están alineados en la urgencia de esta medida. Con la crisis económica mermando el poder adquisitivo de los trabajadores, la CGT busca, a través de este paro, presionar al ejecutivo para que tome acciones concretas en favor de mejoras salariales y laborales.
Ante un contexto en el que la conflictividad social ha ido en aumento, las expectativas son altas en cuanto a la adhesión de los sectores laborales a la protesta venidera. La CGT considera que es fundamental dar una respuesta contundente a lo que perciben como una falta de atención por parte del gobierno hacia las necesidades de los trabajadores.
La reunión del jueves será, por lo tanto, un hito crucial que podría marcar un nuevo capítulo en la relación entre el movimiento obrero y el gobierno argentino, mientras el país enfrenta un panorama económico desafiante y un clima social cada vez más tenso. La comunidad espera que la CGT surja unida y fuerte, dispuesta a luchar por los derechos de los trabajadores en un momento crítico de la historia política argentina.