Gendarmería Nacional concluyó el expediente administrativo vinculado a la agresión que sufrió el fotógrafo Pablo Grillo por parte del cabo Héctor Guerrero, y consideró que el disparo fue producto de un “hecho fortuito”. La resolución generó indignación en la familia y el Centro de Estudios Legales y Sociales, que denunciaron encubrimiento.
Según el informe interno, el disparo que casi le cuesta la vida a Grillo ocurrió por la mala visibilidad en el lugar y por la supuesta “imprudencia de la víctima”, quien, aseguran, se habría ubicado en la línea de tiro. Con esa argumentación, la fuerza resolvió no sancionar al efectivo, quien permanece en funciones.
La abogada de la familia, Claudia Cesaroni, calificó el informe como “falaz” y denunció que responde a una lógica de encubrimiento. Afirmó que en la mayoría de los casos investigados por las propias fuerzas de seguridad “se garantiza impunidad a sus miembros” y se construyen versiones internas para evitar sanciones.
Desde el CELS cuestionaron duramente la falta de imparcialidad del sumario y señalaron que el documento “no buscó esclarecer responsabilidades”, sino proteger al cabo involucrado en los hechos. La causa penal continúa en la Justicia.