Un nuevo informe académico volvió a poner cifras a una dinámica que ya golpea de lleno al mercado laboral argentino: la destrucción del empleo formal se concentra en el sector privado y avanza a un ritmo muy superior al del empleo público. Según el último relevamiento del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) de la UBA, por cada puesto estatal eliminado, las empresas perdieron seis.
El estudio, parte del informe Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones, analiza los datos oficiales del SIPA correspondientes a agosto de 2025. El saldo es contundente: el país perdió 13.100 puestos de trabajo formales solo en ese mes. La distribución exhibe la magnitud del impacto:
– Sector privado: –10.600 puestos
– Sector público: –1.700 puestos
La asimetría refuerza el diagnóstico que distintos especialistas vienen advirtiendo desde inicios del año: la recesión golpea con mayor fuerza al entramado productivo, donde las empresas ajustan plantillas con más velocidad y sin las amortiguaciones que sí existen en el Estado. Mientras tanto, la política laboral nacional mantiene como eje el recorte del gasto público, pero la mayor parte de la destrucción de empleo ocurre del lado del sector privado.
Más de 30 mil puestos perdidos en un año y más de 220 mil desde el inicio de la gestión Milei

Los datos interanuales son igual de preocupantes. En agosto de 2025, Argentina registró 10.078.000 asalariados formales, lo que implica:
– 33.000 empleos menos que en agosto de 2024 (–0,3%)
– 224.000 empleos menos que en noviembre de 2023, el pico previo a que comenzara la tendencia descendente actual (–2,2%)
Es decir: desde la asunción de Javier Milei, el país perdió más de 220 mil puestos registrados, un retroceso significativo en un mercado laboral ya afectado por informalidad creciente y estancamiento de la actividad.
El salario mínimo en caída libre: vale un tercio de su poder adquisitivo de 2011

El informe también se detiene en un indicador clave que marca el pulso del mercado laboral: el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). Entre julio y octubre de 2025 se registraron caídas consecutivas del poder adquisitivo del salario mínimo.
Desde noviembre de 2023, mes en que Milei llegó al poder, hasta octubre de 2025, el SMVM acumuló una pérdida real del 35%. Y el desplome no se detiene ahí: el salario mínimo vale hoy apenas un tercio de su mejor momento histórico, registrado en septiembre de 2011. Se trata de una erosión del 64% del poder de compra en poco más de una década.
Incluso, en términos reales, el SMVM está por debajo del nivel que tenía en 2001, antes del estallido de la convertibilidad.
Un mercado laboral sin amortiguadores
Para los investigadores del IIEP-UBA, los datos dibujan un escenario preocupante: la caída persistente del empleo privado formal, combinada con un salario mínimo en retroceso histórico, profundiza el deterioro de la calidad de vida de los trabajadores.
La tendencia no solo afecta a familias que pierden ingresos estables, sino que también golpea las cuentas públicas: menos empleo formal implica menos aportes, menos contribuciones y menos recursos para sostener el sistema previsional y la seguridad social. En paralelo, el freno a la actividad productiva refuerza el círculo recesivo.
El informe concluye que Argentina transita una crisis laboral profunda, sostenida y sin señales claras de reversión, donde el sector privado aparece como el eslabón más castigado y los salarios mínimos se alejan cada vez más de cubrir necesidades básicas.
