La 23° edición de la Feria del Libro de La Rioja, prevista entre el 2 y el 13 de julio, ha sido oficialmente suspendida. Así lo informó este lunes el Gobierno de la Provincia, que atribuyó la difícil decisión al severo contexto económico que atraviesan las provincias como consecuencia directa de las políticas de ajuste y desfinanciamiento aplicadas por el Gobierno Nacional.
En un comunicado difundido a través de sus redes sociales, el Ejecutivo riojano expresó su “profundo pesar” por tener que cancelar uno de los eventos culturales más importantes del calendario provincial, que desde hace más de dos décadas viene consolidándose como un espacio de encuentro, pensamiento crítico, diversidad y acceso popular a la cultura.
Según indica el texto oficial, la decisión se enmarca en un escenario de “ajuste sin precedentes”, con recortes drásticos en fondos nacionales, caída de la coparticipación y la eliminación de programas federales de financiamiento. Estas medidas han tenido un fuerte impacto sobre las finanzas provinciales, obligando a priorizar la atención de áreas sensibles como salud, educación, seguridad y asistencia social.
La suspensión de la Feria del Libro no solo implica la cancelación de un evento cultural, sino también la pérdida de un motor para la economía local. Durante sus ediciones anteriores, la Feria generó un fuerte movimiento en rubros como el turismo, la gastronomía, el comercio y la producción editorial, además de brindar visibilidad a autoras, autores y artistas de la región y el país.
“Esta decisión refleja el profundo daño que provoca el actual escenario económico, que impide al Estado provincial sostener, en este momento, la inversión para iniciativas de esta magnitud”, señala el comunicado. Asimismo, se agradeció el compromiso de la comunidad cultural y los equipos técnicos de la Secretaría de Culturas que venían trabajando intensamente en la organización del evento.
La suspensión de la feria no es un hecho aislado. Es parte de un desmantelamiento más amplio de políticas culturales en todo el país. No se trata solo de recortes presupuestarios: se está atacando la posibilidad de que la sociedad acceda a la cultura, a la lectura, al arte y al pensamiento colectivo. En definitiva, se busca silenciar los espacios donde el pueblo se expresa, crea y se reconoce.
Desde el Gobierno de La Rioja se reafirmó el compromiso con la cultura “como derecho, como trabajo y como herramienta de transformación social”, asegurando que se continuará trabajando para que, cuando las condiciones lo permitan, la Feria del Libro vuelva a ocupar el lugar que le corresponde: el de un verdadero punto de encuentro de la riojanidad.