Un informe del CEPA revela que la provincia sufrió la caída del empleo formal más profunda del país después de Santa Cruz. En un año, La Rioja perdió 3.675 puestos registrados, todos del sector privado, en un contexto de fuerte retracción nacional a causa de las políticas del gobierno nacional.
La Rioja se convirtió en la segunda provincia del país con mayor destrucción de empleo registrado desde noviembre de 2023, según un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
El estudio advierte que la provincia perdió el 11,25% de sus puestos formales en apenas doce meses, lo que equivale a 3.675 empleos menos, todos pertenecientes al sector privado. La magnitud del retroceso la ubica solo por detrás de Santa Cruz, que encabeza el ranking con una caída del 14,95%.
El relevamiento muestra que Santa Cruz, La Rioja y Formosa —esta última con una baja del 8,16%— conforman el núcleo más afectado por la destrucción de trabajo formal en el último año. A nivel nacional, la contracción también fue significativa: desde noviembre de 2023 se perdieron 223.796 puestos registrados, una merma del 2,2% en el total de asalariados. El golpe más fuerte se registró en el empleo en casas particulares, con una caída del 5,3% (-24.714 puestos), seguido del sector privado (-2,2%) y del sector público (-1,7%).
El informe subraya además un fenómeno preocupante: mientras se reducen los puestos registrados, crece la inscripción al monotributo como alternativa laboral. En el último año se sumaron 121.740 nuevos monotributistas, un incremento del 6%. “Poco más de la mitad de los puestos de trabajo perdidos en condiciones formales se reconvirtieron en empleos con muchos menos derechos laborales”, alerta el CEPA, al marcar la pérdida de aportes jubilatorios, obra social y licencias pagas en este proceso de precarización.
