El debate sobre el desdoblamiento de las elecciones provinciales respecto de las nacionales no es nuevo en la política argentina, y La Rioja no es la excepción. A medida que se aproxima el calendario electoral 2025, y con las elecciones generales nacionales previstas para el 26 de octubre, el gobierno riojano vuelve a evaluar si conviene o no separar su comicio local. Esta decisión, eminentemente política, debe analizarse desde al menos dos dimensiones clave: el contexto provincial y la dinámica nacional.
Contexto provincial: el peso de lo local
En La Rioja, como en muchas provincias del interior, la política sigue teniendo una fuerte impronta personalista y territorial. El oficialismo provincial –históricamente ligado al peronismo– ha sabido consolidar su dominio a través de una red de liderazgos locales, presencia estatal y programas sociales que muchas veces quedan diluidos cuando se mezclan con el ruido de la política nacional.
Ventajas del desdoblamiento en el plano provincial:
Despegarse de la polarización nacional: Desdoblar permite que la discusión se centre en la gestión local y no se vea opacada por la puja entre fuerzas nacionales. Esto puede beneficiar a un oficialismo provincial que tiene buena imagen en su distrito, pero que no necesariamente comparte el arrastre o el rechazo que generan las figuras nacionales.
Control del calendario y del ritmo de campaña: El gobierno provincial puede elegir el mejor momento político y comunicacional para ir a las urnas, evaluando factores como el clima social, la situación económica o el calendario de obras públicas.
Mayor protagonismo de los líderes locales: En una elección separada, intendentes, diputados y el propio gobernador o sus candidatos ganan visibilidad, pudiendo capitalizar su imagen sin depender de lo que ocurra en Buenos Aires.
Desventajas del desdoblamiento en lo provincial:
Costos económicos y logísticos: Realizar una elección separada implica duplicar el gasto en logística electoral, algo que puede generar críticas en un contexto de estrechez fiscal.
Riesgo de baja participación: Si la ciudadanía percibe que la elección provincial no define cargos «relevantes» a nivel nacional, podría haber menor concurrencia a las urnas, lo que afectaría la legitimidad del resultado.
Contexto nacional: la marea que arrastra todo
A nivel nacional, las elecciones de 2025 serán de medio término presidencial, renovando la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Será una especie de plebiscito de la gestión presidencial, en un clima político que todavía es incierto pero marcado por alta volatilidad y descontento social.
Ventajas de ir pegado a la elección nacional:
Economía de recursos: Coordinar con Nación reduce gastos y simplifica la logística electoral, algo sensible en tiempos de ajuste.
Menor desgaste institucional: Evitar múltiples campañas reduce el estrés político y social que implica estar en «modo electoral» durante meses.
Desventajas de mantener la simultaneidad:
Dilución del mensaje local: Los candidatos provinciales pueden quedar eclipsados por las figuras nacionales, perdiendo protagonismo en la campaña.
Impacto de un voto castigo: Frente a la situación económica nacional y las contradicciones dirigenciales de las ultimas semanas, este voto se daría por no poder despegar la gestión local de los candidatos que se decida a nivel nacional.
Menor capacidad de maniobra: Ir pegado a Nación implica someterse a un calendario ajeno y perder margen para tomar decisiones estratégicas propias.
Conclusión: una decisión política de alto riesgo
En síntesis, el desdoblamiento electoral es una herramienta que, bien utilizada, puede otorgar aire y autonomía a un oficialismo provincial como el de La Rioja. Pero también implica riesgos y costos. En 2025, con un escenario nacional polarizado y socialmente convulsionado, la decisión no será menor.