Con la activación del protocolo de Sede Vacante tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano se prepara para uno de los momentos más trascendentales de la Iglesia Católica: la elección de un nuevo Sumo Pontífice. En este contexto, cuatro cardenales argentinos forman parte del grupo selecto de 138 electores habilitados para votar en el Cónclave, entre los 252 miembros que integran actualmente el Colegio Cardenalicio.
Los prelados argentinos con derecho a voto son figuras de estrecho vínculo con el pontificado de Jorge Bergoglio, tanto por afinidad doctrinal como por trayectorias compartidas. Se trata del cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y uno de los más cercanos colaboradores de Francisco; Ángel Sixto Rossi, arzobispo metropolitano de Córdoba y jesuita, conocido por su amistad con el Papa; Vicente Bokalic Iglic, arzobispo de Santiago del Estero y primado de la Argentina; y Mario Aurelio Poli, arzobispo metropolitano emérito de Buenos Aires, quien sucedió a Bergoglio en la arquidiócesis porteña.
Un legado argentino en el Vaticano
La participación de estos cuatro cardenales refleja la influencia que ha tenido Argentina en la Iglesia global desde la elección de Francisco en 2013. La mayoría de los electores del próximo Cónclave, cerca del 80%, fueron designados por el propio Francisco, quien durante su papado impulsó una renovación eclesial basada en una visión pastoral, reformista y abierta al diálogo con los sectores más vulnerables de la sociedad.
En diciembre de 2024, el papa había designado a 21 nuevos cardenales, alcanzando un total de 110 nombramientos durante su pontificado, fortaleciendo así su legado dentro del Colegio Cardenalicio. Esta configuración será clave en la votación que definirá a su sucesor, ya que, según las reglas del Cónclave, el nuevo Papa deberá ser elegido con los votos de al menos dos tercios del total de cardenales electores.
Además de los cuatro electores, Argentina cuenta con otros cuatro cardenales que forman parte del Colegio Cardenalicio, pero que no podrán participar en el Cónclave por superar los 80 años, el límite fijado por la normativa vaticana. Ellos son Leonardo Sandri, prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales y decano adjunto del Colegio de Cardenales; Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán; Luis Pastor Dri, confesor en el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya; y Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná.
Mientras el mundo observa con atención lo que suceda dentro de la Capilla Sixtina, el peso simbólico y estratégico de la representación argentina en el Cónclave deja entrever la huella indeleble de Francisco en el presente y el futuro de la Iglesia.