
El vicepresidente de la Unión de Industrias Riojanas (UNIR), Juan Carlos Serrano, advirtió que la industria provincial atraviesa una de las crisis más profundas de las últimas décadas, marcada por la falta de apoyo del Estado nacional, créditos “impagables” y una lenta pero constante pérdida de puestos de trabajo formales.
En diálogo con Radio La Torre, Serrano señaló que la situación “no es nueva” y que se viene arrastrando desde hace más de un año y medio, pero que se agravó con el endurecimiento del modelo económico actual. “Es una línea política nacional que se sostiene. Las industrias intentan sobrevivir como pueden, sosteniéndose con fondos propios y sin acompañamiento estatal”, afirmó.
Uno de los ejes centrales de la problemática es el acceso al crédito. Según el dirigente industrial, las tasas superan el 78% anual mientras la inflación ronda el 34%, lo que hace inviable endeudarse para producir. “Hoy el crédito es impagable. No hay líneas accesibles ni para personas físicas ni jurídicas. Las pocas que existen son imposibles de afrontar”, subrayó.
Serrano también describió un escenario de caída sostenida de la actividad económica y un “goteo” de empleos formales que pasa inadvertido. “En una semana se van tres o cuatro personas. Si contás 30 semanas así, son más de 250 trabajadores que pierden empleos en blanco, con paritarias, vacaciones pagas y obra social. Y nadie se entera”, lamentó.
El empresario recalcó que las industrias no consideran al personal como una variable de ajuste, sino como un capital difícil de recuperar. Sin embargo, reconoció que mantener la estructura se vuelve cada vez más insostenible, obligando a decisiones dolorosas: “Uno tiene que mirar a la cara a su gente y decirle que no tiene trabajo para darle. No porque hizo algo mal, sino porque el contexto no lo permite”.
Sobre el vínculo con el gobierno provincial, Serrano indicó que existe diálogo pero con herramientas limitadas ante un panorama de tasas altas y reglas de juego cambiantes. “Vendés algo pensando que podrás reponer con crédito, y al darte vuelta el crédito ya es impagable. Lo que vendiste no es ganancia: es sostén. Y cada día es una carrera cuesta arriba”, ilustró.
Finalmente, advirtió que “lo peor aún no llegó” y que, según proyecciones económicas, tras las elecciones de octubre podría agravarse la recesión y la inflación. “De cumplirse ese pronóstico, la industria nacional -y la riojana en particular- tendrá que enfrentar tiempos aún más complejos”, concluyó.