A cinco años del mediodía en que Argentina, y el mundo, quedó paralizada por la noticia más temida, la muerte de Diego Armando Maradona vuelve a ocupar el centro de la escena judicial. La causa que buscaba esclarecer qué pasó en sus últimas horas quedó anulada y todo deberá rehacerse desde cero: un nuevo tribunal, nuevos testigos, nuevas audiencias y una fecha que se corre hasta 2026.
El 25 de noviembre de 2020 el país se vistió de luto. Diego fallecía solo, en una habitación que poco tenía de sala de internación domiciliaria, pese a la cirugía reciente por un hematoma subdural que había atravesado en la Clínica Olivos. Desde aquel día, y casi minuto a minuto, comenzaron a conocerse detalles estremecedores sobre sus últimos días. ¿Fue una muerte inevitable? ¿Hubo negligencia, abandono, mala praxis? Cinco años después, no hay respuesta.
Lo que sí hay es un juicio que cayó abruptamente. La jueza Julieta Makintach, una de las encargadas de evaluar si hubo o no dolo por parte del equipo médico, quedó envuelta en un escándalo tras participar como figura central de un documental no autorizado, “Justicia Divina”, que ponía en duda su imparcialidad. El impacto fue tal que el proceso se anuló por completo. Makintach terminó destituida e inhabilitada de por vida. La verdad, otra vez, quedó en pausa.
El nuevo juicio será llevado adelante por el Tribunal Oral N°7 de San Isidro, integrado por Alberto Caig, Alberto Ortolani y Pablo Rolón, que fijaron el inicio del debate para el 17 de marzo de 2026. Allí volverán a sentarse en el banquillo los ocho acusados por homicidio simple con dolo eventual, un delito que prevé penas de 8 a 25 años de prisión:
– Leopoldo Luque (neurocirujano)
– Agustina Cosachov (psiquiatra)
– Carlos Díaz (psicólogo)
– Ricardo Almirón y Gisela Madrid (enfermeros)
– Nancy Forlini y Pedro Pablo Di Spagna (médicos)
– Mariano Perroni (coordinador de enfermeros)
La única excepción será Madrid, que pidió ser juzgada por jurados y tendrá un proceso aparte sin fecha confirmada. Fue ella quien, aquel 25 de noviembre, encontró a Maradona sin signos vitales e intentó reanimarlo sin éxito. Declaró que no contaba con oxígeno, medicación ni elementos adecuados para realizar RCP.
El primer juicio (anulado) había comenzado el 11 de marzo de este año ante el Tribunal Oral N°3 de San Isidro y ya llevaba 48 testigos declarados cuando estalló el escándalo que puso fin a todo. Ahora, cada uno de ellos deberá volver a declarar. La familia Maradona deberá otra vez enfrentar detalles durísimos sobre el estado en el que vivió los últimos días, imágenes de su deceso y el relato de una internación que el fiscal Patricio Ferrari definió como «temeraria, deficiente y sin precedentes. Una casa del horror donde nadie hizo lo que tenía que hacer».
Incluso en el jury que destituyó a Makintach hubo momentos de enorme tensión. Giannina Maradona declaró que, al sospechar del documental, la había llamado personalmente para pedir explicaciones. La jueza lo negó. Más tarde, cuando comenzaron a aparecer imágenes del rodaje, su situación se volvió insostenible.
Con el nuevo tribunal designado, todo vuelve a foja cero. Será en 2026 cuando la Justicia, una vez más, intente responder la pregunta que atraviesa a un país entero: ¿Murió Diego Maradona por causas inevitables o por responsabilidad de quienes debían cuidarlo?

