Cifras maquilladas: la metalúrgica mantiene su peor nivel histórico

Aunque ADIMRA informó un aumento interanual del 2,3% en la actividad metalúrgica durante junio, el crecimiento real es insignificante y producto de una base de comparación muy baja. La capacidad instalada se mantiene por debajo del 50% y el sector continúa sin poder generar empleo ni superar niveles históricos deprimidos.

La reciente difusión de un supuesto crecimiento del 2,3% interanual en la actividad metalúrgica durante junio no hace más que esconder la cruda realidad de un sector estancado y en franca recesión. Según el informe de ADIMRA, este leve incremento se basa en la comparación con un junio de 2024 que mostró una caída abrupta del 17,3%, por lo que la mejora no es más que un rebote desde un piso muy bajo, y no un verdadero repunte.

Más aún, la actividad metalúrgica sigue 15% por debajo de sus niveles históricos más altos, con un uso de la capacidad instalada que apenas alcanza el 45,9%, lo que indica que más de la mitad de la maquinaria permanece inactiva, sin generar trabajo ni producción adicional.

La situación de empleo es alarmante: la industria perdió 2,2% de trabajadores en términos interanuales, y apenas registra un estancamiento del 0,3% respecto al mes previo, una señal clara de que el sector no logra absorber ni siquiera la baja demanda actual.

Los datos más preocupantes se encuentran en subsectores clave, como autopartes y bienes de capital, que cayeron 2,6% y 1,2% respectivamente, evidenciando que los sectores estratégicos para la industria no logran salir del pozo. Solo algunos sectores puntuales como maquinaria agrícola y carrocerías y remolques exhiben incrementos aislados, del orden del 14,3%, insuficientes para sostener una recuperación general.

El panorama provincial tampoco muestra signos alentadores: mientras Santa Fe y Córdoba sostienen un leve crecimiento impulsado principalmente por la maquinaria agrícola, Mendoza y Buenos Aires exhiben caídas, reflejando la falta de dinamismo y la ausencia de políticas industriales efectivas.

Elio Del Re, titular de ADIMRA, reconoció que la industria local “muestra señales de estancamiento y niveles históricos muy bajos”, y advirtió que la entrada de productos importados sigue creciendo a un ritmo promedio del 5%, lo que pone aún más presión sobre el tejido productivo nacional.

En definitiva, la supuesta mejora anunciada no es más que una ilusión estadística basada en datos de baja comparación, mientras el sector metalúrgico continúa operando en una meseta que le impide recuperar empleo, aumentar la producción o acercarse siquiera a niveles históricos de actividad. Sin medidas concretas que promuevan una política industrial activa y protejan la producción nacional, la situación seguirá siendo crítica.

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