El intendente de Chilecito, Rodrigo Brizuela y Doria, denunció con dureza la paralización de obras fundamentales en su departamento por parte del Gobierno nacional. Señaló que, tras el cambio de gestión en Casa Rosada, se detuvieron proyectos estratégicos como la escuela técnica de Nonogasta y el gasoducto regional, perjudicando directamente a la comunidad.
“Si el argumento es que no quieren que el municipio administre el dinero, que manejen ellos los fondos, pero que terminen las obras que Chilecito necesita”, reclamó el jefe comunal en alusión directa a los representantes del presidente Javier Milei en la región.
Obras detenidas, impacto directo
Brizuela y Doria remarcó que la construcción de una cuadra de hormigón implica hoy una inversión municipal de 18 millones de pesos, y que ante la falta de apoyo de Nación, los gobiernos locales deben redoblar esfuerzos para sostener el ritmo de ejecución.
Con especial preocupación se refirió a la escuela técnica de Nonogasta, cuya obra, dijo, “quedó casi a la altura del techo”, y al gasoducto, proyecto que permitiría atraer inversiones privadas y generar empleo local. “¿Por qué no van y le dicen a Martín Menem que esta obra está paralizada? No es para el intendente ni para el gobierno provincial, es para la comunidad educativa de Nonogasta”, cuestionó.
Críticas al accionar de la oposición
El intendente también apuntó contra la estrategia de la oposición local ligada al oficialismo nacional, a la que acusó de priorizar la foto política antes que la gestión. “En vez de venir a sacarse fotos en el Cristo del Portezuelo, vean qué le hace falta a Chilecito y lo gestionen ellos mismos”, disparó.
“Esta estrategia de ensuciar y difamar a todos, mientras no hacen nada por nadie, lejos de perjudicarme a mí o a quienes piensan distinto a ellos, perjudica directamente a la comunidad de Chilecito, porque no hacen, y no dejan hacer”, agregó Brizuela y Doria, visiblemente molesto por la inacción de los representantes libertarios.
Una advertencia a Nación
La denuncia del jefe comunal resume una preocupación extendida entre intendentes de todo el país: la parálisis de la obra pública nacional y la falta de articulación con los municipios, que son quienes conocen de primera mano las urgencias territoriales. “Chilecito no puede esperar. No pedimos privilegios, pedimos que terminen lo que empezaron”, concluyó.