
Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Ignacio Torres, Carlos Sadir y Claudio Vidal encabezaron un encuentro reservado en Buenos Aires donde sellaron un frente federal para competir en las elecciones legislativas de octubre. Con fuertes críticas al centralismo y al ajuste del gobierno nacional, los mandatarios, que supieron ser aliados de Milei, marcan distancia. La alianza deja tambaleando el gobierno de Milei que perdería apoyo en el Congreso.
Los mandatarios de Córdoba, Santa Fe, Chubut, Jujuy y Santa Cruz sellaron una alianza política para competir contra La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de octubre. En un mensaje conjunto, reclamaron mayor federalismo, defendieron la “Argentina del trabajo” y criticaron el centralismo del gobierno nacional.
Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz) coincidieron en la necesidad de “ponerle un freno al ajuste que castiga a las provincias” y anunciaron que construirán un espacio común con representación nacional para enfrentar al oficialismo libertario en todo el país.
En un comunicado difundido tras el cónclave, los gobernantes marcaron su rol: «Hay un grito federal que necesita voces en el Congreso. Como gobernadores, tenemos la enorme responsabilidad de defender los intereses de nuestras provincias y, al mismo tiempo, contribuir a la gobernabilidad de la Argentina».
La formación de la nueva alianza de gobernadores marca una “fuga de aliados” para el gobierno de Javier Milei y anticipa una posible pérdida de respaldo en el Congreso. El quiebre se da en un momento clave, cuando el presidente redobló la apuesta frente al Parlamento y aseguró que vetará los recientes proyectos aprobados, como el aumento a las jubilaciones, la prórroga de la moratoria previsional y la declaración de la emergencia en discapacidad. “Si es necesario, les vamos a vetar todo”, advirtió Milei.
Además, los proyectos vinculados a la distribución de fondos a las provincias tensionan aún más la relación entre la Casa Rosada y los mandatarios, que ahora se debaten entre consolidar su nuevo frente federal o seguir alineados con la gestión libertaria, como lo estuvieron durante gran parte del primer año y medio del gobierno. La “fuga de aliados” anticipa un escenario legislativo más complejo y una gobernabilidad cada vez más condicionada.