En su plataforma electoral de 2023, el presidente Javier Milei se comprometió a “mejorar la estructura edilicia hospitalaria”. Sin embargo, a dos años de haber asumido, la promesa se encuentra incumplida.
Los datos oficiales muestran una caída abrupta de la inversión nacional en obras hospitalarias. Entre enero y octubre de 2025, los fondos destinados a construcción y mejoras edilicias en hospitales se redujeron un 90% en términos reales respecto del mismo período de 2023, último año de gestión de Alberto Fernández. La baja incluye tanto hospitales 100% nacionales como aquellos de financiamiento mixto, como el Hospital Garrahan.
Rafael Flores, economista de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), explicó que la evaluación debe considerar “las construcciones y el equipamiento, por un lado, y las transferencias de capital a provincias y municipios, por el otro”, variables en las que también se registra retracción.
Pese a la ampliación presupuestaria dispuesta por el decreto 849/2025, los fondos adicionales no se reflejan aún en la ejecución. El mapa de inversiones actualizado al 22 de mayo no registra nuevas obras hospitalarias, y las existentes permanecen prácticamente estancadas. En el Garrahan continúan tres proyectos -refacción de azoteas y hall central, remodelación del servicio de trasplante de médula ósea y ampliación de la guardia-, sin avances respecto de 2024. En el Hospital Posadas, la única obra vigente es la reforma de sanitarios, también sin progresos visibles.
Según información proporcionada por la Secretaría de Obras Públicas ante un pedido de acceso a la información, dos obras están paralizadas, una en proceso de rescisión de contrato y solo permanece activa la remodelación del servicio de trasplante de médula ósea, con un avance del 18%.
Para Santiago Spadafora, director de la Especialización en Administración Hospitalaria de la Universidad ISalud, no hay señales de inversión nacional: “No tengo conocimiento de que el Gobierno esté realizando mejoras edilicias. De todos modos, la salud nunca fue delegada por las provincias a la Nación, y el mantenimiento de la red hospitalaria es responsabilidad de cada gobernador”. Aun así, el recorte nacional afecta directamente a los hospitales bajo su órbita exclusiva.
En paralelo, el Congreso aprobó la ley de emergencia pediátrica, destinada a actualizar partidas y fortalecer la infraestructura. Milei vetó la norma, pero el veto fue revertido y la ley quedó vigente. Mientras tanto, el Ministerio de Salud intervino el Hospital Bonaparte dentro de un plan de “eficiencia”, lo que derivó en la revisión de servicios tercerizados y el cierre de la residencia interdisciplinaria en salud mental.
Con reducción presupuestaria, ausencia de nuevas obras y proyectos paralizados, la evaluación final es categórica: la promesa presidencial de mejorar la infraestructura hospitalaria continúa incumplida.
Con información de “Chequeado”
