El Gobierno nacional avanzó con la creación de la Comisión Nacional de Bioética, un nuevo organismo que funcionará bajo la órbita del Ministerio de Salud y que concentrará la evaluación ética vinculada a la investigación científica y al uso de nuevas tecnologías en salud en todo el país. La medida fue oficializada mediante el Decreto 893/2025, en el marco de la reestructuración del Estado impulsada por la gestión de Javier Milei.
La Agencia Noticias Argentinas informó que el Ejecutivo sostiene la iniciativa que busca ordenar un esquema que considera fragmentado y con superposición de funciones. Sin embargo, el nuevo diseño institucional elimina organismos existentes y deja bajo control directo del Poder Ejecutivo nacional definiciones sensibles vinculadas a la ética en investigación y prácticas sanitarias.
La Comisión Nacional de Bioética será el único ente rector a nivel nacional tras la derogación de la Comisión Nacional de Ética Biomédica, creada en 1998 pero que nunca llegó a funcionar plenamente, y la disolución del Comité de Ética en Investigación y del Comité Nacional Asesor de Ética en Investigación, ambos dependientes del Ministerio de Salud. Todas sus atribuciones pasarán a la nueva estructura.
Desde el Gobierno destacan que la centralización permitirá mayor previsibilidad y coherencia normativa. No obstante, en ámbitos académicos y sanitarios señalan que la supresión de instancias técnicas preexistentes puede reducir la diversidad de enfoques y el debate plural en un área atravesada por dilemas éticos complejos.
El decreto establece que la Comisión deberá reunirse al menos dos veces por año y podrá intervenir por iniciativa propia, a pedido de organismos públicos o ante situaciones emergentes. Entre sus funciones figuran el asesoramiento al Poder Ejecutivo, la elaboración de recomendaciones, la definición de estándares éticos y la articulación con comités provinciales.
El organismo será presidido por el ministro de Salud, Mario Lugones, y estará integrado por seis miembros titulares y tres suplentes, todos designados por el Ministerio. Si bien se prevé la participación de especialistas de distintas disciplinas, sus cargos serán ad honorem y el reglamento interno quedará también bajo la órbita del Ejecutivo.
En paralelo, se creó el Consejo Federal Asesor de Ética en Investigación, con representantes de las provincias. Aunque el Gobierno presenta esta instancia como un fortalecimiento del enfoque federal, la toma de decisiones quedará concentrada en la Comisión Nacional, que tendrá la última palabra en la definición de criterios y estándares.
Con este esquema, la administración libertaria suma un nuevo organismo de alcance nacional en un contexto de fuerte ajuste y reducción de estructuras estatales, una contradicción que vuelve a generar cuestionamientos sobre el rumbo y las prioridades de la política sanitaria del Gobierno.
