Con ventas desplomadas y temperaturas extremas, los vendedores ambulantes atraviesan uno de sus momentos más desafiantes. Según Martín Davios, referente de Trabajadores de Espacios Públicos, las ventas cayeron un 60%: “Hoy no vendemos ni la mitad de lo que se vendía el año pasado”, señaló. A esto se suma la ola de calor, que golpea fuerte a trabajadores que pasan más de ocho horas en la calle, y un fenómeno cada vez más visible: cada vez más trabajadores formales se suman a las ferias para poder llegar a fin de mes.

La economía de La Rioja atraviesa un momento complejo y quienes lo sienten con mayor intensidad son los vendedores ambulantes que trabajan día a día en las calles de la ciudad. Martín Davios, referente de Trabajadores de Espacios Públicos, ofrece un diagnóstico crudo de la situación mientras el comercio formal reporta caídas de ventas del 30 a 35%, quienes venden en la informalidad hablan de una reducción del 60%.
«Hoy no vendemos ni la mitad de lo que vendíamos hace un año», afirmó Davios a Agencia de Noticias La Rioja. Desde su experiencia en su puesto ubicado en avenida Rivadavia, observó cómo ha crecido exponencialmente la venta ambulante como una estrategia de supervivencia en contextos de crisis económica.
Lo que antes era territorio de trabajadores informales con habilidades particulares o actividades de hobby ha mutado dramáticamente y se transformó en una salida para llegar a fin de mes. “En el último tiempo vemos gente que se sumó a las ferias que tenían trabajo formal que eran empleados públicos o de comercio que lo hacían para poder llegar a fin de mes”, contó y sostuvo “Antes la feria y venta callejera se catalogaba como trabajadores informales y ahora sigue siendo así, pero sumaron trabajadores formales que acuden ese tipo de trabajo”.
- El calor y sus complicaciones
Más allá de los números y las crisis económicas, existe otro adversario que el trabajador callejero enfrenta diariamente: las condiciones climáticas extremas. Davios describe la realidad sin eufemismos “Cuando hace frío nos morimos de frío y cuando hace calor es agobiante. Estamos muy expuestos en condiciones muy por debajo de lo natural».
La situación se tornó crítica recientemente ya que las temperaturas se acercaron a los 40° en el medio de una ola de calor que afecta a La Rioja. Davios contó cómo afectan las condiciones climáticas: “Tuvimos una compañera que le bajó la presión y se desmayó por el calor y eso lo sufrimos todos”.
«No tenemos las condiciones óptimas de cualquier trabajador, pero es nuestra realidad y trabajamos en eso», reconoce, subrayando que cualquier inclemencia climática les impide laborar «Si llueve no podemos trabajar. Vivimos del día a día y un día que no trabajamos no podemos sustentar la olla».
- Desmitificando rivalidad con comercios
En los últimos años se instaló una rivalidad entre comercios y vendedores ambulantes, Davios se encargó de desmitificar esa rivalidad e incluso aseguró que ambos sectores trabajan juntos. “Es un mito que nuestros puestos causen competencia desleal. Tenemos poca mercadería, un espacio muy limitado. Nunca podemos competir a ese nivel», aclaró.
Lo que sí representa una verdadera competencia desleal, según su perspectiva, es la llegada de ferias temporales de otros lugares que se instalan por apenas 15 días con precios imposibles de igualar. «No pagan alquileres, impuestos, empleados. Se comportan como esponjas que absorben dinero y se van, llevándose recursos que deberían quedar en la economía local», criticó.
- Reforma laboral: una esperanza insuficiente
En otro de los temas por los que fue consultado, la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei para incorporar trabajadores a la formalidad presenta, Davios se mostró escéptico. «Es un título para la tribuna», afirmó sin rodeos.
Su análisis va más allá de la reforma misma «El 80% de quienes vendemos ambulantes somos personas excluidas del sistema y no tenemos posibilidad de insertarnos. Yo tengo 55 años y nadie me va a tomar para un trabajo», relató desde la experiencia personal.
Explica que en el mercado laboral actual existe una franja etaria predeterminada «Para iniciar un trabajo la edad va de 18 a 25 años. Después de los 30 sos grande para que te tomen», señaló la cruda realidad que enfrenta una buena parte de la población económicamente activa.
«Los vendedores ambulantes somos personas grandes, excluidas, que perdimos un laburo o jubilados que salimos a la calle para vender. La reforma no tendrá una solución significativa para nosotros», concluye.
