En su último partido de 2025, la Albiceleste se impuso por 2-0 sobre el combinado africano. Deutaron Kevin Mac Allister, Perrone, Prestiani y Panichelli.
La Selección terminó el año con un triunfo a reglamento. Con una victoria que marca el final de un 2025 en el que tuvo grandes partidos (ante grandes rivales) y también encuentros que entusiasman poco, aunque pueden servirle y mucho al cuerpo técnico. Argentina venció y eso sirve para dejar en claro que la base está, que el equipo para el Mundial puede salir de memoria aunque haya muchas bajas (faltaron más de 15 futbolistas en África) y, lo más importante que dejó el amistoso en Luanda, es que Lionel Messi sigue estando vigente, sigue siendo el mejor y que paga la entrada. Una asistencia a Lautaro y un golazo, para un 2-0 que no pasará a la historia por el nivel del juego, pero ratica que el 10 continúa siendo la bandera de la Scaloneta, por más que ya tenga 38 años.
Después de los últimos amistosos de octubre, en los que la Selección no tuvo equivalencias con sus rivales (Venezuala y Puerto Rico), el match en Angola se pareció un poco a un partido más chivo, más serio, de esos que el cuerpo técnico puede analizar y decir que es más exigente que una práctica. No es que el seleccionado local sea una potencia (de hecho no se clasificó al Mundial), pero sí que le pusieron ganas, empeño y trataron de estar a la altura de la celebración que armó el Gobierno, para festejar los 50 años de la independencia del país. Por momentos, la Scaloneta jugó incómoda y eso tenía que ver con el campo de juego -bastante seco y en mal estado- y que el rival cortaba los circuitos en la mitad de la cancha.
El primer tiempo parecía que se moría 0-0, solo con un par de llegadas por lado y una buena tapada de Rulli. Pero Angola quedó mal parada, el genio de Messi frotó la lampara, le metió una asistencia a Lautaro que en un movimiento demostró por qué es un delantero de elite. Y con el 1-0, la sensación cambió desde el resultado y sirvió para revitalizar fuerzas en el vestuario.
La segunda parte no cambió tanto en lo que al juego se refiere, pero a medida que pasaron los minutos la Selección tuvo más el control de las acciones. Alexis no erraba un pase, Messi tenía más participación y cuando acelerara, marcaba el segundo. Y tardó bastante en hacer el 2-0: el partido perdió ritmo con los cambios y la Scaloneta fallaba en el último pase o en la puntada final (Leo erró uno, tras pase de De Paul). Pero el final se acercaba y el 10 decidió que era el momento de devolver tanto cariño: primero apiló a tres, pero llegaron justo a cortarle el tiro, pero el rebote le quedó a Lautaro que le devolvió la asistencia y la Pulga convirtió el segundo, con un zurdazo cruzado. Para gritar el 2-0, para que el estadio repleto de angoleños le hiciera la típica reverencia, con el «Messi, Messi».
Después del 2-0, llegaron los cuatro cambios, el día inolvidable para varios que debutaron en la Mayor (Kevin Mac Allister, Prestianni y Panichelli), la oportunidad de que sumen minutos Perrone, el Flaco López y Buendía y así se fue el año de la Selección, que jugó ocho partidos, que ganó seis, empató uno (ante Colombia de local) y que perdió una vez (ante Ecuador de visitante). Un año que no tuvo títulos en juego pero que será recordado como el 2025 en el que la Selección bailó a Brasil, en un 4-1 y que tomá carrera para el objetivo más importante: defender el título del mundo en el 2026.
