El Xeneize se impuso 2-0 a River en una Bombonera encendida y volvió a mostrar su mejor versión. Con goles de Zeballos y Merentiel, el equipo de Úbeda no solo festejó el triunfo más esperado, sino también la clasificación al certamen continental después de dos años de ausencia.
Boca se quedó con un Superclásico que tuvo todos los condimentos. En el inicio, el partido fue tenso y parejo, con un River que intentó controlar la pelota pero sin profundidad. La lesión de Maximiliano Meza —una fea torcedura de rodilla que lo hizo salir entre lágrimas— fue un golpe duro para los de Gallardo. Y cuando parecía que el primer tiempo se moría sin emociones, apareció Exequiel Zeballos: Armani le tapó el primer disparo, pero el “Chango” no perdonó en el rebote y firmó su primer gol en este tipo de duelos.
En el complemento, River buscó reaccionar con variantes ofensivas, pero Boca lo liquidó enseguida. Otra corrida explosiva de Zeballos terminó con una asistencia precisa para Miguel Merentiel, que solo tuvo que empujarla para el 2-0. Desde ahí, el local manejó los tiempos del juego y hasta pudo aumentar con un penal cobrado a Giménez que el VAR finalmente anuló.
La Bombonera fue una fiesta: ovación para Paredes, aplausos interminables para Zeballos, figura indiscutida de la tarde con un gol y una asistencia. Boca dominó, jugó con carácter y no dejó dudas frente a un rival que mostró poco y nada.
River se fue frustrado, sin ideas ni reacción, y con la clasificación a la Copa Libertadores cada vez más comprometida de cara a la última fecha ante Vélez. Boca, en cambio, volvió a mostrar su identidad, se reencontró con su gente y celebró a lo grande su boleto al torneo continental.
