
En lo que va del año, el Millonario arrancó perdiendo 11 partidos y no logró revertir ninguno de esos resultados. Rescató cinco empates y perdió los seis encuentros restantes.
River atraviesa un momento delicado tras una nueva derrota en el Monumental, esta vez ante Sarmiento de Junín por 1-0, por la fecha 12 del Torneo Clausura. El conjunto de Marcelo Gallardo volvió a mostrar dificultades para reaccionar luego de recibir el primer gol y quedó más expuesto que nunca en su lucha por clasificarse a la Copa Libertadores 2026.
Derrota ante Sarmiento: el síntoma de un problema repetido
El equipo de Junín sorprendió con un planteo ordenado y efectivo. Golpeó en el momento justo, con un tanto de Lisandro López a los 62 minutos, tras una desatención defensiva que River no supo revertir.
Pese a dominar la posesión y generar algunas chances —incluido un remate de Colidio que dio en el travesaño—, el Millonario volvió a carecer de profundidad y se fue silbado por una parte del público en Núñez.
Fue una derrota que profundizó un patrón que preocupa: cada vez que River arranca abajo en el marcador, no consigue ganar. En todo 2025, ya son 11 los partidos en los que comenzó perdiendo, con un saldo de cinco empates y seis derrotas.
Por primera vez desde su regreso, Marcelo Gallardo enfrenta cuestionamientos directos. Más allá de los resultados, el problema parece estructural: el equipo no logra sostener el ritmo, pierde intensidad con el correr de los minutos y no encuentra respuestas cuando se ve en desventaja.
El propio entrenador reconoció tras la caída ante Sarmiento que su equipo “sigue repitiendo errores” y que debe recuperar “la confianza y la agresividad competitiva”.
Desde aquel 1-1 ante Platense en el arranque del año, pasando por los empates ante Rosario Central, Talleres e Independiente del Valle, hasta las derrotas con Palmeiras, Atlético Tucumán, Riestra y ahora Sarmiento, el patrón es el mismo: River no consigue dar vuelta los partidos.
Con solo cuatro fechas por delante en el Clausura y la semifinal de Copa Argentina ante Independiente Rivadavia en el horizonte, Gallardo deberá apuntar tanto al aspecto futbolístico como al mental para devolverle al equipo la capacidad de reacción que alguna vez fue su sello.