
Durante el acto oficial por el Día de la Resistencia Indígena, el presidente Nicolás Maduro lanzó un mensaje con múltiples destinatarios. Si bien evitó nombrar directamente a la opositora María Corina Machado, minutes después de que ella recibiera el Premio Nobel de la Paz, su discurso reactivó el tono antiimperialista y reclamó «unidad militar y popular» frente a Estados Unidos.
Desde Caracas, Maduro subrayó que «si quieren la paz, prepárense para ganarla», en un escenario marcado por la tensión diplomática con Washington y el reciente despliegue militar estadounidense en el Caribe. Durante la ceremonia de inauguración de dos esculturas de héroes indígenas, aseguró que la unión entre fuerzas militares, policía y pueblo será clave para la defensa nacional.
«Aquí no queremos ser esclavos de los gringos», sentenció el mandatario. Asimismo, propuso la formación de milicias indígenas, incluso con alcance regional, con el respaldo de etnias latinoamericanas.
En su intervención, Maduro omitió referirse por su nombre a Machado, pero recurrió a descalificaciones: citó una encuesta de Hinterlaces —asociada al chavismo— que, dijo, muestra que «un 90 % de la población repudia a la bruja demoníaca de la Sayona». Luego precisó: «Nosotros queremos paz, pero paz con libertad, con soberanía e independencia, no la paz de las ruinas de Gaza ni la paz de la muerte».
El anuncio del Nobel para Machado generó fuerte repercusión internacional. Pero en Venezuela, el ambiente político continúa marcado por denuncias de fraude tras las elecciones del 28 de julio, cuando la oposición afirmó poseer las actas que revelarían irregularidades.
El comité del Nobel reconoció a María Corina Machado «por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por una transición justa y pacífica».