
Nuevos datos vuelven a encender las alarmas sobre el estado de la educación argentina, particularmente en el área de Matemática. Según el “Tercer informe del indicador de desigualdad de aprendizajes” de la Universidad Austral, elaborado por Eugenia Orlicki y Cecilia Adrogué, sólo 1 de cada 20 alumnos vulnerables de nivel secundario alcanza los aprendizajes mínimos en esta materia.
El estudio, basado en los resultados de las pruebas Aprender, muestra que en la educación primaria las desigualdades persisten. En Lengua casi no hubo variaciones desde 2016: entre los estudiantes del 20% de nivel socioeconómico (NSE) más bajo, la proporción que alcanza los aprendizajes mínimos pasó del 55% en 2016 al 52% en 2023, mientras que entre los del 20% más alto descendió del 84% al 81%. “La brecha se mantiene estable: los estudiantes vulnerables siguen teniendo muchas más dificultades para alcanzar los aprendizajes mínimos que sus pares menos vulnerables”, señala el trabajo.
En Matemática, el deterioro es más marcado. Entre los alumnos vulnerables de primaria, la proporción que alcanza los aprendizajes mínimos bajó del 48% en 2016 al 39% en 2023. Entre los menos vulnerables, la caída fue del 79% al 68%.
La educación secundaria repite el patrón. Aunque en Lengua se observa cierta estabilidad con leves mejoras (los vulnerables pasaron del 39% en 2016 al 43% en 2024, y los menos vulnerables del 70% al 72%), en Matemática la situación es crítica. Entre los estudiantes más vulnerables, la proporción que alcanza los aprendizajes mínimos se desplomó del 13% en 2016 al 5% en 2024. Entre los menos vulnerables cayó del 54% al 28%. En otras palabras, sólo 1 de cada 20 alumnos del sector más desfavorecido logra cumplir con los aprendizajes básicos en Matemática.
Especialistas consultados explican que las desigualdades sociales influyen fuertemente en el rendimiento escolar, pero no lo definen todo. Un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación subraya que factores institucionales como el clima escolar, la formación y antigüedad del director, la cantidad de horas de clase y la capacitación docente pueden mejorar los resultados incluso en contextos desfavorables.
“Muchos especialistas dicen que tanto el aprendizaje en matemáticas como en lengua caen porque estamos fallando en el uso de las metodologías. Otro motivo de fondo es que la escuela perdió la preocupación en el aprendizaje de los chicos. Se los deja seguir su camino sin el apoyo adecuado para solucionar los problemas”, advirtió Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso.
Por su parte, la licenciada en Psicopedagogía y Neuropsicología Inés Zerboni concluyó con lo siguiente: “El enfoque actual en la enseñanza de matemáticas no está dando buenos resultados. Necesitamos el compromiso de toda la sociedad para revertir esto, tal como se lo está logrando con los acuerdos por la alfabetización y comprensión lectora; es crucial que los estudiantes de hoy en día desarrollen competencias matemáticas, no sólo para su vida académica y profesional, sino también para enfrentar los desafíos de la vida diaria”.