
Las ventas minoristas de las pymes volvieron a contraerse en agosto, extendiendo a cinco meses la racha de retrocesos consecutivos. Según CAME, descendieron 2,6% interanual a precios constantes y 2,2% respecto a julio.
Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas volvieron a contraerse en agosto, extendiendo a cinco meses la racha de retrocesos consecutivos. Según el informe mensual de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas descendieron 2,6% interanual a precios constantes y 2,2% respecto a julio.
A pesar de que el año acumula un crecimiento del 6,2%, los analistas advierten que esta cifra refleja un inevitable rebote tras la profunda recesión registrada en 2024, más que una recuperación sostenida del consumo.
El relevamiento de CAME reveló un panorama empresarial mixto: un 55% de los comerciantes consultados afirmó que su situación económica se mantuvo estable en comparación con 2024, mientras que un 35% aseguró que empeoró. No obstante, el 49% de los empresarios confía en una mejora para el próximo año.
Las tradicionales fechas comerciales de agosto, como el Día del Niño, ofrecieron un respiro limitado y no lograron frenar la tendencia negativa general. Las ventas presenciales mantuvieron su predominio sobre las digitales, impulsadas principalmente por promociones y planes de pago. Sin embargo, la incertidumbre macroeconómica, la presión tributaria y la falta de financiamiento continuaron limitando las decisiones de inversión y reposición de stock.
El análisis por rubros mostró que únicamente el sector Farmacia logró registrar un desempeño positivo en la comparación interanual, con un modesto crecimiento del 0,2%. Los sectores más afectados fueron Bazar, decoración y textiles para el hogar (-10,4%), Perfumería (-8,9%) y Textil e indumentaria (-4,8%). También retrocedieron Ferretería y materiales de construcción (-1,9%), Alimentos y bebidas (-0,9%) y Calzado y marroquinería (-0,8%).
Desde CAME explicaron que «las ventas estuvieron influenciadas por factores estacionales, el impacto de fechas comerciales y la necesidad de recurrir a financiamiento para mantener el nivel de operaciones». La entidad subrayó que la secuencia de caídas coincide con el deterioro del poder adquisitivo de los salarios.
El informe destacó que durante agosto se observó una mayor concentración de compras en volúmenes reducidos y enfocadas en productos esenciales, lo que evidenció el ajuste del consumo por parte de las familias argentinas ante la persistente presión inflacionaria.