
Mientras Javier Milei presiona públicamente por la renuncia de Eduardo “Lule” Menem, su referente política más cuestionado, lo hace a través de periodistas afines porque… su hermana se niega a soltarlo.
Según fuentes del entorno gubernamental, el Presidente recurrió a su círculo de periodistas amigos para que pidan la salida de Lule Menem ¿Por qué? Porque no logra convencer a su propia hermana, Karina Milei, de destituirlo de su cargo.
En el trasfondo de este rechazo se cierne una sombra: audios del ex director de la ANDIS, Diego Spagnuolo, revelan un supuesto esquema de coimas en la compra de medicamentos, en el que tanto Karina como Lule Menem estarían involucrados.
Además, documentos judiciales y registros del interventor de OSPRERA apuntan a un manejo discrecional de fondos millonarios a favor de la Droguería Suizo Argentina, en la que actuarían como operadores tanto Karina Milei como Lule Menem.
Por ende, mientras Javier intenta dar una señal de transparencia política hacia el exterior, una fuente de poder interno su hermana está directamente implicada en lo que podría ser una estructura de encubrimiento que impide “entregar a la gente propia”.
El uso de voceros, influencers de medios y canales amigables no solo oculta la incapacidad política de enfrentar la corrupción interna, sino que sugiere un interés crudo: mantener a salvo un sistema de beneficios dentro de su propio entorno familiar y político.