
Se trata de Carlo Acutis, un adolescente italiano al que le gustaba jugar videojuegos y hacer videos divertidos de sus mascotas, quien este domingo se convirtió en el primer santo “millennial” de la iglesia católica.
Acutis, tenia solo 15 años cuando murió por leucemia en 2006, utilizó sus habilidades informáticas para difundir la fe católica, creando un sitio web que documentaba informes de milagros.
Apodado “el influencer de Dios”, es considerado un pionero en los esfuerzos de evangelización de la iglesia católica en el mundo digital.
Su canonización tuvo lugar junto a la de otro joven, Pier Giorgio Frassatti, quien murió en 1925 a los 24 años. La ceremonia de canonización fue la primera presidida por el papa León XIV, el primer pontífice estadounidense, con miles de jóvenes en la Plaza de San Pedro.
La canonización de estos santos jóvenes llega en un momento en que la iglesia católica explora nuevas formas de conectarse con las generaciones más jóvenes. También una crisis relacionada con el abuso sexual de menores que ha tenido un impacto catastrófico en la credibilidad de la iglesia.
Sin embargo, aunque la tendencia a largo plazo en Occidente indica que los jóvenes están cada vez más alejados de la religión tradicional, encuestas recientes y evidencias anecdóticas apuntan a un aumento del interés por el catolicismo entre la Generación Z en Estados Unidos y Europa.
La madre de Acutis, Antonina Salzano, dice que cree que la vida y la fe de su hijo resuenan con una generación de jóvenes, especialmente aquellos que navegan por las complejidades del mundo digital.
“Carlo es un mensaje de esperanza, porque Carlo dice: “Si, tienes que usar (internet) para el bien’. Por eso el papa Francisco llamó a Carlo el influencer de Dios”, expresó Antonina.
Carlo Acutis, nació en Londres, Reino Unido. En el seno de una familia acomodada. Su padre Andrea Acutis, trabajaba en un banco en la capital británica, pero el joven vivió la mayor parte de su vida en Milán, ha que su padre llegó a ser presidente de una aseguradora italiana. Su madre dice que tuvo una vida “normal”, que le gustaban los deportes y que tenía buen sentido del humor. También explicó que su hijo solía hacer videos divertidos, al estilo “Star Wars” con sus gatos y perros, e imitaba las voces de los diferentes animales.
Pero también dijo, que la fe de su hijo era evidente desde pequeño, aunque no creció en una hogar especialmente religioso. Usaba el dinero que tenía para ayudar a personas sin hogar en Milán, defendía a compañeros que sufrían acoso escolar y apoyaba a quienes tenían padres divorciados.