El Ministerio de Salud de la Nación, en el marco de su “reordenamiento profundo” del sistema hospitalario, anunció el despido de 110 empleados del Hospital Posadas y la suspensión del esquema de conciliación obligatoria para el Hospital Garrahan. Según el comunicado oficial, los despedidos habían tenido “ausencias reiteradas injustificadas” y “no cumplían con sus tareas”, por lo que fueron calificados de “ñoquis” y se justificó así su desvinculación.
Además, se informó que a los trabajadores del Garrahan que se sumaron a recientes paros se les descontarán los días no trabajados por “medidas de fuerza ilegales”. El Ejecutivo también pidió a la Secretaría de Trabajo que levante la conciliación obligatoria del hospital pediátrico, argumentando que el gremio ATE violó esta instancia.
La respuesta sindical no tardó. Desde ATE, el secretario general Rodolfo Aguiar consideró que el Gobierno vive “en el reino del revés” y acusó a las autoridades de incumplir la conciliación obligatoria. Aseguró que “los que actúan al margen de la ley son ustedes” y advirtió que “no vamos a tolerar sus amenazas y represalias”.
En cuanto al Garrahan, se denunció que, nuevamente, el Gobierno y los directivos no asistieron a las audiencias de negociación. Alejandro Lipcovich, referente de ATE en el hospital, denunció que “volvieron a echar nafta al fuego” y criticó la falta de compromiso salarial frente al conflicto.
Según informes recientes, algunos hospitales enfrentan recortes presupuestarios de hasta el 54%, en lo que ha sido calificado como un proceso de “motosierra” institucional. El desfinanciamiento y la precarización del sistema sanitario están llevando a la renuncia de profesionales especializados, incluso en hospitales de alta complejidad como el Garrahan.
En el hospital pediátrico, los residentes denuncian que su salario no cubre la canasta básica y que se han visto obligados a tomar medidas de fuerza, incluyendo paros con guardias mínimas.