El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona atraviesa un momento de máxima tensión tras las revelaciones que comprometen a la jueza Julieta Makintach, señalada por permitir el ingreso de camarógrafos durante las audiencias judiciales sin autorización formal. El hecho ha desatado un escándalo que podría poner en riesgo la continuidad de todo el proceso.
Durante una de las últimas audiencias, la policía Mirtha Barrionuevo -encargada de la seguridad del tribunal- declaró haber visto ingresar a personas con cámaras dentro de la sala, quienes le aseguraron contar con autorización directa de la jueza Makintach. La situación se agrava con la aparición de un mensaje de texto donde se solicita permitir el ingreso de “mi gente”, en alusión a los técnicos audiovisuales. Todo apunta a que parte de las audiencias podrían haber sido registradas como parte de un documental en producción.
La declaración generó una ola de preocupación en las partes querellantes. El abogado Rodolfo Baqué, representante de una de ellas, pidió la recusación inmediata de la magistrada, alegando pérdida de imparcialidad y posibles vínculos con el material audiovisual. Aunque Makintach negó estar involucrada en el proyecto, admitió que su hermano es socio de una productora, aunque aseguró que esta no tiene relación con el caso Maradona.
Como consecuencia, el tribunal decidió suspender las audiencias por siete días hábiles para evaluar la situación y determinar si corresponde apartar a la jueza. De prolongarse la suspensión por más de diez días, el juicio podría quedar anulado y debería reiniciarse desde cero, generando un retraso significativo en la causa que busca justicia por la muerte del ídolo argentino.
La controversia se suma a la complejidad del caso, que investiga a ocho profesionales de la salud por presunta negligencia durante la atención domiciliaria que recibió Maradona en sus últimos días. En ese contexto, también declaró recientemente el productor Alejandro Cipolla, quien reveló que algunas personas vinculadas al proceso judicial habrían tenido intenciones de grabar contenido exclusivo para un documental.
Este nuevo capítulo no solo amenaza con entorpecer el avance del juicio, sino que pone bajo la lupa la transparencia de uno de los procesos judiciales más mediáticos y sensibles del país. La combinación de justicia y espectáculo vuelve a levantar serias dudas sobre la independencia y el respeto al debido proceso en un caso que todavía no encuentra una resolución clara.