Falleció Pepe Mujica: las cinco frases que marcaron su legado político y humano

Montevideo – José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, referente de la izquierda latinoamericana y símbolo mundial de la austeridad y la coherencia política, falleció este lunes 13 de mayo de 2025 a los 89 años. Su partida deja un vacío profundo en la escena política regional, pero también un legado ético y filosófico que seguirá inspirando a generaciones enteras.

Exguerrillero tupamaro, preso político durante 13 años en condiciones infrahumanas y luego presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, Mujica fue una figura única: hablaba desde la sencillez, vivía como pensaba y pensaba con la profundidad de quien ha conocido el límite de lo humano. Durante su vida pública, dejó frases que sintetizan su visión del mundo, su compromiso con la justicia social y su defensa inclaudicable de la libertad.

A modo de homenaje, compartimos cinco de sus frases más representativas:

1. “No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje. Vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad.”
Esta declaración, hecha durante su presidencia, lo definió ante el mundo. Mujica rechazó los lujos del poder y vivió en su chacra, manejando su propio auto y donando gran parte de su salario. Su mensaje era claro: la libertad no es acumular, sino desprenderse.

2. “El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes verdaderamente son.”
Fiel a su estilo frontal, Mujica advertía sobre los peligros del poder cuando no hay ética. Su presidencia fue una muestra de que se puede gobernar con humildad, sin renunciar a las convicciones.

3. “Ser libre es gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en aquello que nos gusta hacer.”
Para él, la libertad no era un eslogan, sino una práctica cotidiana. Luchó por una sociedad donde la gente pudiera vivir con dignidad, trabajar menos y disfrutar más, en una economía pensada para el ser humano y no al revés.

4. “Lo imposible cuesta un poco más, y derrotados son solo aquellos que bajan los brazos y se entregan.”
Mujica nunca se rindió. Ni en la cárcel, ni en la derrota política, ni ante la enfermedad. Su vida fue testimonio de que la utopía no es inalcanzable: es una dirección, una voluntad constante de transformar lo injusto.

5. “Pobres no son los que tienen poco, son los que quieren mucho. Yo no vivo con pobreza, vivo con austeridad, con renunciamiento.”
En un mundo dominado por el consumo, Mujica eligió el camino contrario. Su prédica apuntaba a una revolución cultural, donde el bienestar no se mida por lo que se compra, sino por lo que se comparte.

 

Mujica se va dejando una huella que trasciende partidos y fronteras. Fue un presidente distinto, un filósofo campesino, un militante de la esperanza. En tiempos de cinismo y superficialidad, su ejemplo —y sus palabras— seguirán recordándonos que otro modo de hacer política es posible.

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