Motosierra selectiva: mientras se cierran oficinas y se recortan empleos, Adorni suma personal y presupuesto millonario

En un contexto de fuerte ajuste y recorte del Estado, el crecimiento de la Secretaría de Comunicación y Medios a cargo del vocero presidencial Manuel Adorni genera sorpresa y cuestionamientos. A contramano del discurso oficial, la dependencia encargada de la estrategia comunicacional del gobierno nacional aumentó su planta de personal en un 25% desde noviembre y administra un presupuesto que supera los 30 mil millones de pesos.

La contradicción quedó expuesta en el último informe de gestión presentado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante la Cámara de Diputados. Allí se detalla que la Secretaría que encabeza Adorni cuenta actualmente con 249 empleados, es decir, 40 más que a fines de 2024. Esta expansión se produce en paralelo al cierre de dependencias estatales, reducción de programas y despidos en múltiples áreas del Estado nacional.

El presupuesto asignado también llama la atención: según la Decisión Administrativa 3/2025, el área tiene asignados $25.412.859.403 para el ejercicio 2025. A esto se le suman los créditos presupuestarios que absorbió tras la fusión con la ex Secretaría de Prensa, lo que eleva el total por encima de los $30 mil millones.

Uno de los puntos más controversiales es la contratación de perfiles vinculados a cuentas anónimas en redes sociales dedicadas a la defensa del gobierno y la descalificación de voces críticas. Entre los nombres mencionados en el anexo del informe figura el de Juan Doe, reconocido en el ecosistema digital por operar cuentas que atacan a opositores y periodistas bajo el amparo del anonimato.

El contraste con la narrativa del “ajuste más grande de la historia” es evidente. Mientras el presidente Javier Milei insiste en que “no hay plata” y justifica el achicamiento del Estado como un paso necesario para el orden fiscal, su principal vocero político no solo refuerza su estructura, sino que también da señales claras de que la motosierra no toca su propia oficina.

La polémica también tiene una dimensión política: Adorni lanzó recientemente su precandidatura para la Jefatura de Gobierno porteño con una imagen simbólica —y ahora irónica—: una foto suya con una motosierra frente a la sede del Ejecutivo de la Ciudad.

El crecimiento de su área y la incorporación de jóvenes dedicados a la comunicación digital abren interrogantes sobre las verdaderas prioridades del ajuste. En un país donde miles de trabajadores estatales han perdido su empleo y muchas oficinas públicas cerraron sus puertas, la expansión silenciosa de la comunicación oficial plantea un debate que, por ahora, no encuentra respuestas desde el propio Gobierno.

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