La interna entre el PRO y La Libertad Avanza sumó un nuevo capítulo cargado de tensiones, declaraciones cruzadas y señales de ruptura. En una entrevista televisiva con el periodista Diego Sehinkman, el expresidente Mauricio Macri se desmarcó del relato libertario y económico que existe un acuerdo político cerrado entre ambos espacios en la provincia de Buenos Aires, contradiciendo así al propio presidente Javier Milei.
“Se sacaron dos fotos, pero no escuché al Presidente, ni a Karina Milei, ni a Santiago Caputo decir que quieren un acuerdo con el PRO en la provincia”, sostuvo Macri en el canal TN, al tiempo que llamó a sincerar las intenciones políticas: “Si queremos un acuerdo, empecemos por decirlo claramente y después ver distrito por distrito cómo se arma”.
Las declaraciones del líder del PRO no sólo desmienten a Milei, sino que dejan en evidencia un enfriamiento en la relación entre ambos espacios, que hasta hace poco caminaban en sintonía en nombre de las reformas económicas. Pero esta vez, Macri fue más allá y marcó con claridad los límites del acompañamiento político. “Una cosa es apoyar las reformas económicas que compartimos, y otra es tolerar mentiras o destrucción”, afirmó con firmeza.
La crítica de Macri no se limitó a lo político. También salió al cruce de las afirmaciones de Milei sobre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bastión del PRO, defendiendo la gestión de su primo, el actual jefe de Gobierno Jorge Macri. «Se le hace decir cosas que no son ciertas. La Ciudad bajó el gasto, bajó impuestos, y tiene superávit fiscal hace años. No se puede mentir con eso», dijo.
Los dardos también alcanzaron a funcionarios libertarios como el vocero presidencial Manuel Adorni, quien comparó al PRO con un viejo “Nokia 1100”. Lejos de escalar, Macri optó por relativizar: «A esta altura no me ofende. Lo importante no son las palabras, son los hechos».
Pero quizás el tramo más sugestivo de la entrevista llegó cuando Macri se refirió a la toma de decisiones en la Casa Rosada. Sin rodeos, aseguró que Milei “decidió delegar todo en Karina Milei y Santiago Caputo”, y cuestionó el entorno presidencial: “No lo cuidan como deberían. Le hacen decir cosas incorrectas que dañan su propia credibilidad”.
Aunque reiteró que no será candidato, Macri dejó en claro que no piensa correrse del tablero político y que su prioridad es revitalizar al PRO como fuerza con peso propio. «Vamos a seguir acompañando mientras se respetan las instituciones y la Constitución Nacional. Ninguna reforma económica puede estar por encima de la institucionalidad», advirtió.
El tono del expresidente dejó entrever que la alianza entre libertarios y macristas atraviesa un momento de definiciones. Con mensajes directos y sin eufemismos, Macri dejó claro que el respaldo al Gobierno no es un cheque en blanco y que el PRO no está dispuesto a diluir su identidad. La disputa, lejos de resolverse, parece estar entrando en una nueva fase.