En una medida que promete estabilizar las operaciones de Aerolíneas Argentinas, la empresa alcanzó un acuerdo con los sindicatos de pilotos, tripulantes y personal de rampa, resolviendo así el conflicto que había puesto en riesgo su normal funcionamiento. Este pacto contempla mejoras salariales, reestructuraciones en los convenios colectivos y ajustes en la productividad, a cambio de que los gremios renuncien a ciertos beneficios previos. Este entendimiento no solo refuerza la competitividad de la compañía sino que también previene una posible privatización.
La negociación fue ardua, debido a la necesidad de equilibrar los intereses de los trabajadores con las exigencias financieras de la empresa. Los aumentos salariales, de entre el 7 y el 11% para varios sectores, buscan reconocer el esfuerzo del personal en medio de una inflación creciente. Además, los cambios en la organización laboral, que incluyen ajustes en los turnos y las horas de vuelo, fueron aceptados por los sindicatos tras asegurarse de que no comprometerán la seguridad ni las condiciones de trabajo.